Un invitado menor con el verdugo de Brujas y Woody
Por fin. Vuelve el fútbol. El Bernabéu reabre sus puertas para alumbrar el debut de Baptista... ¿y de Woodgate? Y juegan Ronaldo, Beckham, Zidane, Roberto Carlos, Raúl... Alicientes sobrados para acudir a la cita. Lástima que el rival no esté a la altura de ese pionero inigualable a cuya memoria está dedicado el Trofeo. Desde que Bayern Múnich, Milán y Liverpool honrasen a lo grande la edición del Centenario, no me está convenciendo nada el cartel de los invitados. En 2003 vino el River Plate con Cavenaghi como gran figura. En 2004 fueron los Pumas, con Hugo Sánchez como estrella (fuera del campo). Y en 2005 asoma la cabeza una selección de la MLS de la que conocemos a Djorkaeff (le vi en el estadio Jan Braydel de Brujas meterle un golazo a Cañizares que nos desterró de la Eurocopa 2000) y a un tal Donovan... Le pediría a Florentino que para la edición 2006 contrate al Inter (con Figo, Solari y Samuel sería un morbazo), a la Juventus de Capello (para ganarles de una maldita vez) o al Chelsea de Mourinho Ese sería un combate ideal para decidir quien es el number one del fútbol europeo tanto en el césped como en los despachos.
Pero ojo, los norteamericanos llevan años avisando. En el Mundial 1994 quedaron apeados en octavos de final tras una derrota mínima (1-0) ante el Brasil que luego fue campeón, con un imberbe Ronaldo en el banquillo. En el más cercano Mundial de Corea y Japón fueron apartados de las semifinales por Alemania en un partido en el que el árbitro les tangó para deleite de la tropa de Kahn. Los yankees son duros, alguno de ellos hasta conocen el Prado y sólo les faltará pisar esta noche el césped del Bernabéu para crecerse. El Madrid no necesita ceder su santuario para conciertos que apenas dejan en caja 80 kilos...
Mas de 50.000 madridistas avalarán la ilusión que despierta un equipo al que sólo le falta la guinda de Robinho para convencerse de que el Barça es vulnerable. Si lo demostró Dani, es fácil imaginar la que se puede montar cuando el tridente brasileño (Ronie-Baptista-Robinho) se ponga a bailar samba con el balón en los pies. Asistiremos a un nuevo ciclo.