Barça y Betis honraron al fútbol

Parecía a priori un partido sin nada que ofrecer. Ese cero-tres era mucho cero-tres. Y además el Betis tiene el martes un partido en Mónaco en el que se juega a una sola carta estar o no estar en la Champions. Se sabía que Serra Ferrer iba a sacar todo suplentes y al final lo hizo, o casi. De la alineación del partido de ida sólo repetía Melli y a nadie le pareció mal. Pero no era un partido tirado a la basura, ni mucho menos. De un lado, estaba la constelación de estrellas del Barça, con Ronaldinho a la cabeza. Del otro, un Betis que aún recordaba lo de Pino Zamorano, más el orgullo de los suplentes que quieren dar la campanada.

Así que nos ofrecieron un partidazo. Al gol de Etoo, que parecía acabar demasiado pronto con el cuento respondió Dani con dos. A los dos goles de Dani respondió el Barça metiéndose más en el partido, en especial en la segunda parte. En la primera les costó un poquito. Ya se sabe: es difícil hacer la guerra después de haberla ganado. Hizo falta la reflexión del descanso, la amenaza del marcador, el cálculo de que si el Betis pillaba dos goles más se llevaría la Copa. Y el Barça salió en la segunda parte a por todo, con Ronaldinho de agitador de todo el ataque, con Contreras parando una y otra vez para mantener abierto el partido.

Ronaldinho merece una vez más párrafo aparte. Este año viene con varios nuevos regates, que puso en práctica anoche. Ninguno le salió limpio del todo, pero seguro que los va a lucir durante la temporada. Y se esforzó como nadie por evitar la derrota de su equipo, en un partido en el que al Barça se le vieron defectos que no aparecieron en el de Sevilla. Por un lado, la facilidad con que sigue tomando goles, que le costó la Champions el año pasado. Por otra parte, cierto desorden en su juego de ataque, al que le faltó pausa y sentido en buenas fases del segundo tiempo. El Barça ganó la Supercopa, sí, pero empañó un poco su imagen de la ida.