¿Un quinto brasileño? Perfecto
Ricardinho para diciembre. ¿Otro brasileño? Replico sin titubeos: "Cuantos más, mejor". Recapitulemos. El Barça de Rijkaard tiene seis. Enumero. Belletti, Sylvinho, Edmilson, Motta, Ronaldinho y Deco. Nadie habla de un Barça brasileñizado y, sin embargo, desde que el Madrid ha reunido a cuatro (Roberto Carlos, Ronaldo, Baptista y Robinho) parece que el santuario de La Castellana vaya a cambiar su nombre por el de Bernabeuinho. ¿Les cuento la diferencia? El póker del Madrid es de pata negra, y no me refiero al color de sus privilegiadas piernas. Son muy buenos. En Split, el cuarteto de Luxa sudó la camiseta ante Croacia. ¿Cuántos estaban del sexteto del Barça? Cero patatero. El único fijo es Ronaldinho, mientras que Deco es internacional por Portugal. Es obvio que nunca se ganó un hueco entre los 11 elegidos de la canarinha.
Si en diciembre Florentino accediese a los deseos de Luxa y trajese a Ricardinho no se arrepentiría. A costa de seguir a Robinho en los partidos del Santos tras conocer que lo iba a fichar el Madrid descubrí en este Ricardinho a un jugador con personalidad (brazalete de capitán incluido), que tiene llegada, presencia y un magnífico golpeo a balón parado. Su tiro libre ante los croatas fue de manual. Golazo. ¿Veintinueve años? La edad es lo de menos. Zidane, con 33, ha vuelto a enloquecer a esa Francia deprimida desde que perdiese los Juegos de 2012. Brasil es fútbol, samba y belleza. Si lo mezclamos con la furia inglesa de Beckham y la raza ibérica de Raúl, Helguera, Salgado, Pavón y Casillas nos dará un cóctel explosivo. El MVP del Mundial de Alemania será brasileño y jugará en el Madrid. No en el Barça. Guárdense el artículo.