¿Cuenta o no cuenta Woodgate?

Ha vuelto la cantinela. ¿Necesita el Madrid un central? Florentino dice que no. Ha vuelto a sus orígenes: los centrales que los dé la cantera. Salió escaldado del verano pasado, cuando se dejó 47 millones entre Samuel y Woodgate para quitarse de encima, de una vez, a los que le insistían con eso, y le salió muy mal. Ahora, además, dice que está ahí Woodgate. Pero ¿está realmente Woodgate? En el club venden hasta la extenuación optimismo al respecto: "Está a punto dereaparecer". Pero es lo mismo que vienen diciendo desde hace un año largo y ya es difícil saber si quieren engañar o si se están engañando a sí mismos.

Woodgate ya estaba lesionado antes de venir. De hecho, desde que había pasado del Leeds al Newcastle había jugado muy poco, porque las lesiones le impidieron encadenar más de seis partidos. Cómo el Madrid pagó lo que pagó por él en esas condiciones es un misterio insondable. Es verdad que había arrancado su carrera como un apunte de fenómeno de la defensa, pero a esas alturas su fichaje era una apuesta de riesgo. Y, por la cantidad que se pagó, directamente un disparate. El club se cierra como una concha cuando se investiga el caso y el jugador está casi secuestrado en lo que a conceder entrevistas se refiere.

En el fondo, es un bochorno colectivo. De ahí el deseo de que se cure y juegue normalmente, y que se confundan deseos con realidades. Pero para Luxemburgo, a la hora de echar cuentas de lo que tiene, el inglés no computa, hoy por hoy, y se atiene a una pareja titular, Pavón y Helguera, y una reserva con Mejías y Arbeloa. ¿Suficiente? Mientras, Sergio Ramos se impacienta y da señales de querer venir, pero sólo si Del Nido se aviniera al precio tope de veinte millones, que ya está bien, le ficharía el Madrid. Si no, Luxemburgo tendrá que tirar con lo que tiene al menos hasta diciembre, a ver qué pasa mientras con Woodgate.