El premio por ser valiente

El premio por ser valiente

Habrá quien me diga que fue el dinero, la seguridad de un contrato largo, pero yo creo que hubo mucho de valentía en la decisión de Benítez de fichar por el Liverpool. Acababa de ganar la Liga y la UEFA y en España no le hubieran faltado ofertas suculentas. Es más, de haber esperado un poco es fácil que hubiera acabado en el Madrid, Camacho no tardó en salir corriendo. Pero Benítez prefirió el reto de entrenar a un equipo histórico pero extranjero, otro país, otra cultura. Y no era una apuesta sencilla, no es fácil ganarse la confianza de los desconocidos, es difícil integrarse, implicar a la familia, es complicado ser valiente. Me viene a la cabeza el caso de Fran Vázquez, baloncestista de 22 años que ha preferido la seguridad económica que le ofrecía el Akasvayu Girona antes de la gloria incierta de la NBA. También pienso en Guti y en los lamentos que vendrán.

Tal vez la fortuna que difrutó el Liverpool en la pasada Champions fue un premio al atrevimiento de su entrenador, el mundo funciona así las veces que funciona, pocas. No excluyo su talento para rodearse de futbolistas como Xabi Alonso, Luis García o Morientes, también valientes y en los que otros no creyeron. Ni tampoco me olvido de su capacidad para motivar a Gerrard y luego, cuando le hizo sentirse grande, convencerle de que se quedara en el equipo perdiendo dinero. En el club de la tradición, decidió la venta de Owen, españolizó la plantilla y ha sido tan inteligente de explicarlo todo en inglés, transformándose en uno de ellos, los mismos rosetones en los mofletes e idénticos trajes imposibles. A los que seguían dudando les regaló una Copa de Europa. No es fácil ser emigrante.