Alegato en defensa de P. García
Nunca me gustó ir contra corriente, pero en el caso de Pablo García considero justo y necesario salir al paso del proceso de demonización al que van a someterle en los próximos días. No seré yo el que aplauda su acción destemplada del final de la final ante el Betis, pero esa patada violenta a Joaquín demostró que el uruguayo es un ganador nato y que después de tener tan cerca un logro histórico para Pamplona tenía derecho a reflejar su impotencia, aunque fuese de una forma tan abrupta. A Zidane le ocurrió una cosa parecida en la Juventus y nadie se escandalizó por ello... Los buenos catadores no olvidan que Pablo García hizo un trabajo táctico impagable en su último partido con los rojillos. Fue el artífice de que los navarros tuvieran mayor posesión del balón en muchas fases. Además, recuperó seis pelotas, tocó 38 balones con criterio, chutó chutar tres veces a gol y fue el jugador pamplonica al que hicieron más faltas (cuatro).
El cacique charrúa no pierde fácilmente el esférico. Lo circula con seriedad, tiene mando en el tráfico de la medular y un par... Jugó lesionado 125 minutos con tal de dejar una guinda de lujo en forma de título en su adiós. Ahora le machacarán por su atropello a Joaquín, pero los madridistas no olvidan que nuestro heroico Juanito pisoteó a Matthäus y eso no es óbice para que siga siendo el único jugador de la historia del club al que el Bernabéu rinde tributo partido tras partido. El propio Zizou fue expulsado el año pasado en Sevilla por dar un manotazo en la cara al otro Pablo sin escrúpulos (Alfaro). Les recomiendo que no se alarmen. Pablo García es futbolista para el Real Madrid. Se acordarán de estas líneas.