NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

En resumen: el gol se tiene o no se tiene

Veinte remates para un gol, titulábamos hace cuatro días. Bueno, pues ayer costó más. Fueron veinticuatro, dos de los cuales dieron en el palo. Y veinticinco corners. Y todo el partido dale y dale, con un Joaquín atrevido y generoso, a tres días de su final de Copa. Y un Vicente que ha olvidado su lesión. Y con todos haciendo lo suyo, cumpliendo, salvo la rara excepción de Antonio López, que se sintió extraño y desplazado desde el primer minuto. No es que todos los demás estuvieran bien, pero desde luego sí estuvieron. Este equipo tiene ambición, tiene actitud, tiene constancia, tiene solidaridad, tiene sentimiento de grupo.

Pero, ¡ay! el gol le cuesta una enormidad. El Niño Torres hizo una jugada preciosa pero remató con poco ángulo; en otra jugada, se elevó colosalmente y cabeceó con dictan los cánones, pero el balón se fue al palo; luego le sacaron a patadas. Raúl estuvo siempre en la zona caliente, despierto y activo, hizo dejadas inteligentes, pero ya le cuesta robar el gol: termina la temporada con dieciséis; él, que solía pasar la treintena. Luque entró demasiado responsabilizado, como si quisiera marcar el segundo gol antes que el primero, y eso le cegó. Los demás anduvieron por allí, sobre todo al final, pero a todos se les apagaba la luz en el último remate.

Eso es lo que hay. El gol se tiene o no se tiene. Miren quiénes han ganado plaza de Champions en nuestra Liga: los equipos que tienen en el eje de su ataque a Etoo, Ronaldo, Forlán y Oliveira. España no tiene ese nueve y todos vemos cómo Raúl decae mientras el Niño Torres, extraordinario jugador, no termina de encontrar el ritmo de goles adecuado a su calidad. Morientes es un guadiana y Luque necesitaría quizá la continuidad en el eje del ataque para sentirse dueño de todos sus recursos. Por ahí, por esa falta de gol y por esas dudas se nos está complicando esta clasificación, en la que partidos sencillos se convierten en un sinvivir.