Shakira y el fuego del Bernabéu
Ronaldo terminó la Liga como la empezó. Goleando. En Son Moix y en La Romareda. 21 dianas (Juanito ganó un pichichi con 17) y la sensación del deber cumplido. Pero a Ronie le atormenta el fiscalizador Tendido del 7 del Bernabéu. Me lo confesó hace unos días, con una sinceridad que le agradezco: "Tomás, siempre busco el gol, dar espectáculo y hacer feliz a los madridistas. Pero cuando no marco como el día del derby, me silban. ¿Es que no me quieren?". Le repliqué preocupado. "Claro que sí. Ronie, tú no estabas casi en este mundo, pero el Bernabéu ha pitado a Velázquez, a mi Juan, al Buitre, a Guti...".
Si hacemos un referéndum entre la afición, Ronaldo sería el mejor parado por detrás de Casillas. Le quieren, pero aquí la exigencia es máxima. Es una afición que se crió con el espíritu de Di Stéfano, pero es sabia y jamás empujará al brasileño a la puerta de salida. Es de los pocos galácticos que se mantienen con un vigor físico y futbolístico a la altura de su celebridad. Y sólo tiene 28 años. La temporada que viene cantará sus 100 goles de blanco (ya lleva 85...).
Pero comprendo la frustración de Ronie. El día 16 visitó Ramala (Cisjordania) y Herzlia (norte de Tel Aviv) y fue capaz de unir con su carisma a palestinos e israelíes. Miles de niños con su camiseta de Brasil y del Madrid salieron a esas calles castigadas por los morteros para recibirle como un Mesías. Hasta la escultural Shakira asistió al último derby para conocerle personalmente, impresionada por las imágenes que vio de Ronaldo como embajador de la ONU. Por eso, R9 se merece unas vacaciones y que regrese con las pilas puestas para enamorar a la única chica que se le resiste: el Bernabéu.