El Atleti es para el Madrid su Gran Hermano
Mira que he intentado ser generoso, no he entrado al trapo (y eso que estamos en la semana grande de San Isidro) y pensaba otorgarte la oportunidad de que firmases para mañana una derrota digna en el Bernabéu, sin la goleada tradicional y esperada. Pues tú mismo, majete. Te recuerdo que el Atleti llega a la cita a 28 puntos del Madrid de Luxa (más de la mitad de los 48 que lleváis), que os sacamos 30 goles y que en el Calderón os cayeron tres. ¿Recuerdas los dos chicharros de mi gordito mágico y el de Indiecito Solari, vuestro añorado ex?
Tengo aquí una luminosa bola de cristal y te voy a leer el futuro. Relájate, no te cobro la sesión. Sé que no tenéis ni un euro. Agárrate. Mañana os caerá la manita (5-0), Torres seguirá en blanco ante Casillas y Ferrando dimitirá antes del escarnio que os espera con el Getafe en la última jornada. El submarino azul os tumbará en el Manzanares y se coronará cómo lo que es, el segundo equipo de Madrid. Y vosotros terceros, el lugar que os corresponde desde vuestro regreso del Infierno. Por cierto, allí no os iba tan mal. Siempre estabais en lo alto de la clasificación y llenabais el campo a reventar. ¡Qué tardes memorables con el Eibar, el Nástic y el Leganés! Sois entrañables, amigo...
De chaval ya vi en el Bernabéu un 5-0 (1983) en uno de esos derbys que marcan la fidelidad a unos colores. Tras el esperpéntico espectáculo de ayer con vuestros ultras del FA en Majadahonda, ¿sabes cuántos niños van a preguntar aterrorizados a sus padres 'por qué somos del Atleti'? Mi pequeño, que crece sano y sin caries, estuvo el miércoles en la guardería para hacerse la foto de la orla del curso. Única exigencia de las profesoras a todos los papás: "Que su hijo venga de blanco". Le puse su polo del Real Madrid y estaba para comérselo. ¿Entiendes por qué ese niño jamás me preguntará la razón de haber elegido el Madrid? Se limitará a darme las gracias por haberle enseñado desde bebé la senda del buen gusto.
No quiero amargarte el viernes, pero te recuerdo que hoy se cumplen siete años de la Séptima. Luego llegó la Octava, la Novena... El otro día se cumplieron 31 años de vuestra histórica pifia con el Bayern de Múnich. No tenéis ni una. Tranqui, yo te cuento como es la Copa. Tiene grandes asas, es de plata, reluciente... ¡Quieto, no se toca!