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Anoeta y la Cofradía del Clavo Ardiendo

De nuevo el Madrid por delante, lo que le da cierta ventaja... si gana. Y esta vez la salida es de aúpa, a Anoeta, donde la Real espera cobrarse revancha deportiva de aquella extraña tarde de enero en la que viajó a Madrid para en seis minutos perder un punto y sentirse en ridículo. Dicen que lo malo del póker no es perder, sino la cara que se te queda. Nada puede explicar mejor esa frase que la cara que se le quedó a Amorrortu aquella tarde, tras ese breve pero brusco vendaval madridista que entronizó a Luxemburgo. Desde entonces ha pasado casi una vuelta completa, en la cual el Madrid ha hecho más puntos que el Barça y que nadie.

Pero sigue a seis, así que tiene que ganar o ganar, en Anoeta, en Sevilla, en Zaragoza. Y en casa al Racing y al Atlético. Y esperar que el Barça afloje en los cuatro últimos partidos, de los que tiene tres fuera (Valencia, Levante y Real Sociedad) y uno en casa (Villarreal). Las cuentas de Luxa (el matemático de la Cofradía del Clavo Ardiendo) pasaban por llegar a esas cuatro jornadas a seis puntos del Barça, y esperar que en esa última racha el Barça pierda uno y empate dos. Pongamos: derrota en Mestalla y empates ante el Levante y el Villarreal. Lo que es impensable es que el Barça en la última jornada no gane en Anoeta.

La única manera de mantener en pie este tingladillo de ilusión es que el Madrid gane hoy otra vez. Va sin Zidane ni Samuel, pero dudo mucho que eso rebaje su potencial. Casi diría que lo contrario. Samuel no es más fiable que Pavón, sólo es más estrepitoso y tarjeteable. Y Zidane me temo que ha doblado la esquina, no por ningún mal extravagante, sino por los años. Lo que sí pesa es Míchel Salgado, que no tiene suplente real. Pero ahí estarán Casillas y Ronaldo y unos cuantos más, dispuestos a hacer durar la Liga cuando menos otra semana. Con permiso de la Real y del baracaldés Turienzo, ese notorio indultor de penaltis culés...