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Viendo la Champions con nostalgia...

Cuartos de final de la Champions y no estamos ahí. Viendo los partidos la nostalgia se agranda porque por uno y otro lado aparecen viejos conocidos, ex del Madrid o del Barça, o jugadores que estuvieron a punto de ser fichados. Hiddink, Makelele, Mourinho, Cocu, Luis García, Xabi Alonso, Cannavaro (¡qué central dejó escapar el Madrid!), Seedorf, Zé Roberto, Geremi, Núñez, Benítez... Muchos nombres asociables al Madrid o al Barça, sobre todo al Madrid, pero ahí no estaba ni el uno ni el otro. Después de años de magníficos resultados españoles en la Champions la situación se hace más extraña y más dolorosa.

Y podrían haber estado ahí. En algunos partidos vemos más vigor, más solidez, de la que tienen nuestros dos mejores equipos. Pero rara vez más juego o más velocidad que el Barça, o mejores artistas que los del Madrid, ya declinantes, pero no inferiores a la Juve, por ejemplo. Pero, siendo sinceros, sí podrían haber pasado una eliminatoria más, pero ninguno de los dos estaba para ganar esta Champions, ni para llegar a la final. El Barça por pocos años, el Madrid, por muchos. El Barça por su alegre ingenuidad, el Madrid por su exceso de gloria y acomodamiento. Lo del Barça lo cura el tiempo, lo del Madrid, unos cuantos fichajes.

Y mientras esperamos la próxima, podemos volver la mirada al Villarreal, que hoy se bate en condiciones difíciles contra el resultado injusto de la ida. El Villarreal juega bien, ya tiene un pie en la Champions próxima, y viene creciendo desde la lejana Intertoto. Después de tantos meses jugando, cada día juega mejor, lo que desmiente algo ese argumento recurrente de la fatiga. Cuando hay ambiente, hay trabajo y hay descanso, el calendario pesa menos. Hoy todos estamos con nuestro último superviviente, conscientes de que puede ganar, porque es mejor que el AZ Alkmaar y lo sabe. Sólo necesita no tener la mala suerte que tuvo aquí.