NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Una jornada menos, un punto más

Una jornada menos para el final de la Liga, un punto más de ventaja para el Barça, el que ganó en Los Pajaritos. Partido con nieve y frío y con el absurdo arbitral de imponer el balón blanco hasta el descanso, cuando algo o alguien debió de hacerle entrar en razón. Partido para un Barça bravo y sufrido, que también lo hay, y para un Numancia que se resiste a ser considerado como el torpe de la clase. Se ahoga en el fondo de la tabla, pero con arrebatos de orgullo y de fútbol que ponen en un compromiso a cualquiera. Le ocurrió al Atlético en la Copa y le ocurrió anoche al líder de la Liga, que escapó con un empate que parecía poco pero que fue bastante.

Porque todo lo del Barça se mide por lo del Madrid, y viceversa. Y el Madrid salió en Riazor una velocidad por debajo del Depor y cuando se quiso poner a la par ya perdía por dos a cero. Dos centros altos al área que nos devolvieron a los tiempos, aún cercanos pero que creíamos superados, en los que esos balones ponían la piel de gallina a los aficionados madridistas. Dos centros altos al área, dos goles y luego a buscar el partido, con ochenta minutos por delante. Y eso casi fue lo peor, porque fueron ochenta minutos pero igual podrían haber sido ochenta días, como los que empleó Phileas Fogg en dar la vuelta al mundo de la mano de Julio Verne.

Porque el Madrid tuvo el balón, pero sin profundidad. Ni por las bandas ni por el centro. De su encomiable esfuerzo por construir juego sólo se derivó un remate peligroso de Figo a puerta. En esos ochenta minutos el Madrid tuvo mucho el balón, pero los alborotos serios se produjeron en su área, donde Casillas pudo en un par de ocasiones enmendar el fallo del primer gol. El Depor vivió cómodo, en su campo, desbaratando lo que hacía el Madrid y haciendo feliz a su público, que tomó la victoria como un significativo empujoncito hacia Europa. Una vez más queda visto que en cuanto al Madrid le faltan dos de los buenos se desmorona.