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Esto sólo lo arregla la Juve, pero...

Mucho Athletic. La bilbainada de Lamikiz en la víspera tenía su base. Buenos jugadores, buen equipo. Yeste al mando, Iraola con sus detalles, Del Horno con su leyenda de goles al Madrid, Aranzubia que nos recordó los años jóvenes de Zubi... Un defecto visible en la línea de cuatro, un mal comienzo ante el empuje inicial del Madrid, pero fuerza como equipo para recomponerse, para mandar en el Bernabéu, para ir desarticulando a los blancos según avanzaban los minutos. Lo suficiente para ganar por dos goles, que fueron tres, porque el tikotazo botó más allá de la raya. Mucho Athletic para el Madrid que compareció anoche.

Porque esa es la segunda parte: el Madrid. Habrá un antes y un después. Este es el partido en el que la flor de Luxa desapareció, en el que llegó la derrota que ya debió llegar en el Manzanares o en El Sadar. Pero no sólo eso: este fue el partido en el que Florentino habrá empezado a desenamorarse de Luxemburgo. Tres galácticos en el banquillo es demasiado para el cuerpo de este presidente que sólo ve el fútbol por los ojos de sus megaestrellas. La rectificación de Luxa, alineándoles a los tres de golpe como hizo la noche de Valladolid (los mismos tres, entonces en el descanso) no le habrá servido de nada. Desde anoche tiene puesta la cruz.

Esto sólo lo arregla la Juve, que tampoco anda en sus mejores días. Anoche empató sin goles en un campo modesto. Pero la superioridad del Athletic ante el Madrid, sin galácticos o con ellos, fue demasiado inquietante. Lo que Michel llamó con divertida ironía Cofradía de Fieles del Clavo Ardiendo, se disolvió anoche, ante la primera derrota. Los defectos están ahí: caprichos, años, desorden, falta de competitividad. En cuarenta días no se corrige esto, dijo Luxemburgo en la conferencia de prensa. Claro que no, y menos si el ritmo de trabajo y de atención son los de esta última semana. Con estos desmadres no hay entrenador que resista.