El Madrid y sus días de vino y rosas

Dice Capello que le sorprende la suerte del Madrid, y lo dice con el tono preocupado del que tiene que jugar contra ese club dentro de pocos días. A Vanderlei Luxemburgo no le habrá gustado. Cuando estuvo aquí con nosotros ya se empezaba a hablar de la flor de Luxa y nos dijo que no le agradaba. "No se ganan cinco ligas de Brasil sólo con suerte", se quejaba. Y es verdad. Se ganan con conocimiento y trabajo. "Al saber le llaman suerte", es un viejo dicho para los que, vistos como afortunados por los demás, reclaman sus méritos. O "la suerte para el que la trabaja". O, como dijo Napoleón, "la suerte es la previsión de todos los factores".Sea lo que sea, la condición de equipo con suerte le ha sido adjudicada al Madrid desde tiempo inmemorial. Ya por los años veinte, Acisclo Karag, una de las primeras plumas relevantes del periodismo deportivo español, escribió que "el Atlético es un equipo que siempre que juega mal pierde, y cuando juega bien a veces también pierde; mientras que el Madrid es un equipo que siempre que juega bien gana y cuando juega mal a veces también gana". Ya ven si viene de lejos, y qué razón tenía. Sólo hay que repasar el último derby del Manzanares: el Atlético jugó bien y perdió y el Madrid jugó mal y ganó. Como en El Sadar.

Quién sabe, quizá hasta Luxa empiece a convencerse. Porque mientras Capello deja escapar su inquietud y Rijkaard convoca un entrenamiento de lunes que impide a varios de los suyos acudir a Chantilly, él disfrutaba como un invitado más de la fiesta de petición de mano o lo que sea de Ronaldo. Veintiún puntos en un mes bien valen este asueto, habrá pensado. Y lo mismo Florentino. El Madrid viene de tan profundas decepciones que se abraza a estos días de vino y rosas y lo que tenga que venir, que venga. Y si dicen, que dizan. Otra cosa será si pronto vienen mal dadas y hay que dar explicaciones de todo esto. Pero mientras...