El increíble desafío de los catorce goles

La ciudad de Almería volcada, con la proximidad de los Juegos Mediterráneos; Iván de la Peña debutando en el equipo, entre Xavi y Guti; San Marino enfrente; Luis pidiendo goles, porque el grupo va a estar apretado y conviene no dejar suelto ese cabo; un campo de juego bien cuidado, por una vez. Todo se conjuga para que esta noche la Selección suelte un espectáculo bonito y divertido, para que veamos desplegarse sobre el campo las mejores virtudes de nuestro fútbol: el ingenio, la inspiración, la rapidez en la concepción y ejecución de las jugadas. Todo se conjuga para que se despliegue ante nuestros ojos la alegría del gol.

"Es duro ser portero de San Marino", anuncia lúgubre Federico Gasperoni, el hombre que guarda la siempre asaltadísima portería de San Marino. A él le toca doblar la cintura y sacar la pelota de la red unas cinco veces por partido. Normal, si se piensa que lo que tiene por delante es un grupo sin más que un profesional, Andy Selva, un veterano de la Serie C italiana que va para cuarentón. Recuerdo que hablé con Bonello, portero de Malta, en vísperas de aquel partido en el que había que marcarle once. "Es imposible que me los metan", me dijo confiado. Luego se llevó doce: los programados más el que descontaba el que ellos nos hicieron.

¿Llegará España a los doce? ¿A los trece que en el lejanísimo 1933 Chacho (seis) Regueiro (tres)y unos cuantos más le marcaron a Bulgaria? ¿Al pleno de catorce, siguiendo el referente que fijó anoche la Sub-21? Quizá a algunos eso les parezca ensañamiento y abuso, pero el recto espíritu deportivo enseña que la mejor manera de respetar a un rival es jugar a tope contra él, sea cual sea la diferencia. Eso es lo que hicieron anoche los chavales, hasta llegar a ese pleno, ese mítico número futbolero que es el catorce. A mí me parece un bonito desafío. Pasen, vean y disfruten. Almería pone el marco e Iván de la Peña lleva la batuta.