Hemos llegado al ecuador de la temporada con la sensación de que todo está aún por hacer. Por deméritos propios, en la Liga no estamos en los puestos que deberíamos y en la Copa aún no nos hemos enfrentado a un rival de peso. El equipo ha dado una imagen vacilante. Ni el entrenador, ni tampoco una buena parte de jugadores que todos tenemos en mente, han estado a la altura. Si es verdad que el equipo va de menos a más y que se está acertando con los fichajes. Solucionado el problema de las bandas se anuncian refuerzos para el ataque. Lástima que tanta carencia no se hubiera solucionado meses atrás, ya que a estas alturas tendríamos un once más definido.

El objetivo de ganar la Copa, lo hemos hecho en temporadas teñidas de mediocridad, y clasificarnos para la UEFA se me antoja complicado aunque no imposible. Es imprescindible concretar los fichajes y solventar con una victoria el paupérrimo balance en las salidas. En ese momento desterraremos la ansiedad que atesoramos. La misma que ha sumido a Torres en una situación próxima al desquicie. Estoy seguro que le van a empezar a llegar balones en muchas mejores condiciones y que en breve va a recuperar su capacidad goleadora. La segunda vuelta arranca con una sequía de goles y de triunfos fuera de casa sin precedentes, pero la empezamos, creo, con la lección bien aprendida.