El positivo de la rusa Kuznetsova está sacudiendo el mundo del tenis. Esta vez hay que decir que la jugadora rusa tiene razón. Dio positivo, sí, en el torneo de exhibición que jugó el pasado mes en Charleroi. Con efedrina. Fue entonces el ministro belga de Deportes, Claude Eerdekens, y en su deseo de máxima transparencia reveló el caso sin entrar en más detalles. Y hay detalles que exculpan a Kuznetsova por la propia ambigüedad de la Agencia Mundial Antidoping (AMA) Sanciona el uso de la efedrina, pero deja una puerta abierta a su uso cuando dice que se puede administrar bajo receta médica y sin que su fin sea la mejora del rendimiento. Además la incluye entre los fármacos susceptibles de tomarse fuera de competición.

Que Kuznetsova quisiera mejorar su rendimiento en un torneo de exhibición es más que discutible. Que un torneo de exhibición pueda ser considerado como competición oficial, también. Mas no por ello hay que dejar de hacer controles. Si Kuznetsova hubiera dado positivo con otros fármacos, EPO por ejemplo, no tendría entonces escapatoria. El tenis no es precisamente uno de los deportes de mayor transparencia en la lucha antidoping, pero en este caso tiene toda la razón en la defensa de Kuznetsova. Ahora bien, tampoco es como para crucificar al ministro belga, acusado de un "acto desgraciado e irresponsable". Él no mintió. Una tenista dio positivo en su país y lo dijo. Los atenuantes que los pongan los afectados.