Un profundo ejercicio de mezquindad

Comienza hoy en el sur de Tenerife el Torneo Internacional de fútbol-7, un clásico de las Navidades, como lo es del verano el nacional de Brunete. Aquel se desprendió de éste, como una fórmula natural de crecimiento y expansión. Allí, lejos de los vientos polares que nos azotan en la Península, se reúnen diez grandes canteras para jugar al fútbol, hacer amistad, intercambiar experiencias y ofrecer de paso un bonito espectáculo televisivo. En España, a través de Canal + y de algunos canales autonómicos. En Francia, Alemania, Italia e Inglaterra, a través de distintos operadores, entre ellos los propios canales de algunos de los clubes.

Los telespectadores encontrarán algo extraño en esta edición: no habrá árbitros jóvenes, como es habitual, sino veteranos ex internacionales (Martín Navarrete, Urío Velázquez y Pérez Sánchez) más Pedro Martín, firma habitual de estas páginas y comentarista de la SER, árbitro también. La razón es que Padrón, presidente de la tinerfeña, ha negado (o ha hecho correr que negaría) permiso a sus árbitros para actuar en este torneo. Les priva así de una experiencia interesante y formativa, y de la satisfacción de actuar ante las cámaras. Pero Padrón está en guerra con José Ramón de la Morena, alma mater de este torneo y le ha dado por ahí.

Padrón demandó a De la Morena por sus acusaciones en El Larguero. El juzgado que entendió del caso falló en favor del periodista, que, según la sentencia se había "ajustado al principio de veracidad". Ahora llega este intento de boicoteo, del que los organizadores tuvieron noticia porque a alguien se le escapó en el palco con ocasión del Tenerife-Málaga B. Por eso han reaccionado a tiempo. Pero no deja de llamar la atención ese profundo ejercicio de mezquindad, ese intento de boicoteo de un torneo ejemplar, de alto valor turístico para su tierra, esa negación de una bonita oportunidad para sus árbitros más jóvenes. Una actitud que retrata al personaje.