NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Un adoquín en el camino de Florentino

Abramovich decidió comprar el Chelsea tras ver en la televisión de su yate favorito aquel fantástico Manchester United-Real Madrid de hace tres temporadas, el de los tres goles de Ronie y los cuatro del Manchester. Aquella cumbre del fútbol le fascinó y le provocó el ansia de tener un gran club que pudiese moverse en esas alturas. Aún no lo ha conseguido, pero en año y medio ha hecho buena parte del recorrido. Su Chelsea fue el año pasado semifinalista de la Champions y ahora es líder escapado en la Premier League. Y, de camino, ha alterado la estrategia de Florentino, que había planificado de acuerdo a otra situación de mercado.

Porque sin la irrupción del ruso difícilmente se hubiera visto Florentino forzado a estas renovaciones largas de sus galácticos (Ronaldo, Zidane, Raúl, Roberto Carlos...) que en estos inquietantes días vemos como hipotecas para el futuro próximo. Refrescar el equipo con nuevas estrellas, llámense como se llamen, es desde ahora más difícil, porque de aquí a cuatro años apenas habrá huecos en la nómina ni en la plantilla. Pero, ¿podía Florentino arriesgarse a que alguno o varios de ellos desertasen para enrolarse en el Chelsea? Eso hubiera sido un golpe a la imagen del Madrid como club más deseable del mundo, en la que basa su estrategia comercial.

También le ha complicado el refuerzo de la parte de atrás. Este verano se llevó a Carvalho, objetivo del Madrid. Ahora todo hace indicar que ha comprado una alianza con el Corinthians, del que quiere hacer un club satélite en el que formar a grandes promesas suramericanas con vistas al salto al Chelsea. Ese va a ser el caso de Tévez y se pretende que también el de Robinho, la perla con la que Florentino quería iniciar un renove ilusionante. El presidente blanco estableció su estrategia a medio plazo sin la competencia de este extravagante millonario. Ahora tendrá que hacer un notable esfuerzo de imaginación, astucia y dinero para enfrentarse a él.