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Llenarse de defensas no garantiza nada

Jose se presentó en el Bernabéu hace quince días sin Momo ni Rubén y se llevó seis. Para cuando tiró de ellos ya era demasiado tarde. Schuster salió ayer sin Ettien, y con cinco defensas y se llevó una manita. Para cuando tiró de Ettien era también demasiado tarde. Luego, en la conferencia de prensa, estaba visiblemente enfadado. ¿Con quién? Supongo que consigo mismo. Muchos entrenadores tienen esa pulsión de reforzar la defensa cuando sienten alguna amenaza, y aunque la experiencia no avala que eso sirva para garantizar empates ni para aminorar las derrotas, caen una y otra vez en ello. Y cuando, de tarde en tarde sale bien se cargan de razón.

Y no digo que si hubiera salido Ettien el Levante hubiera ganado o empatado. No se sabe. Quizá se hubiera llevado los cinco igual. Pero lo seguro es que con ese blindaje se los llevó. Y de paso se dejó en el Bernabéu su imagen, bien trabajada hasta ahora, de equipo ofensivo, atrevido. Villarroel, el buen presidente del club, se lamentaba después del partido: "Hemos perdido nuestra identidad". Eso duele más que perder un partido por una goleada que respondió, más que nada, a que a los galácticos les entró todo. Aquellos partidos de Los Caballeros de la Angustia, ganados por un gol, se vieron compensados por la eficacia en el remate en éste.

Y el Madrid, que sigue bajo sospecha (lo está desde las cinco derrotas consecutivas de la temporada pasada) vuelve a pensar que las cosas no están mal. El Barça ganó, pero pasando las de Caín en Getafe. Empieza a notar la falta de banquillo. Las lesiones le están castigando duro. Su ventaja es que la Champions ya no será problema hasta febrero, y el Madrid tiene que ir a Roma a ganar. De ahí las tarjetas de ayer, tan trabajadas por Figo y Guti, para poner la cuenta a cero. García Remón saldrá en Villarreal con el equipo de la Copa. Por no haber completado los deberes ante el Bayer (ese penalti de Figo...) ahora el partido de Roma se presenta de máximo riesgo.