Catalonia is not Spain. ¿O sí lo es?

Catalonia is not Spain. Ese es el mensaje que TV3, aprovechando que tenía la sartén por el mango y el mango también, lanzó el sábado a 87 países. Cataluña no es España, pero su población celebra el liderato del Barça en la liga española, la diversión favorita de aquella tierra. Como en todas las demás que conforman este viejo país. Cataluña no es España, pero las audiencias de Fórmula 1 subieron tanto allícomo en el resto de España cuando emergió la figura del asturiano Fernando Alonso. Lo mismo pasó con los Tours del segoviano Perico y el navarro Indurain. Nada más íntimo ni más sincero que nuestra relación con el mando a distancia.

Catalonia is not Spain. El mensaje es oportuno, porque a fines de esta semana se reúne en la localidad californiana de Fresno la asamblea de la Federación Internacional de Patinaje para decidir si Cataluña es admitida definitivamente. Y, por tanto, si podrá o no participar en el Mundial A, en el que supuestamente debería cruzarse con España. Si sale el sí, tendremos un problema. Quizá nos veamos abocados a una ominosa retirada de España. Si sale el no, este fantasma de las selecciones catalanas quedará alejado por bastante tiempo, porque otro deporte con las características del hockey para provocar un movimiento así no existe.

El del sábado fue un partido espléndido, pero empezó con esa mueca inquietante: Catalonia is not Spain. Una pancarta que no elaboraron los del mando a distancia, sino las juventudes nacionalistas, que la proyectaron al mundo con la complicidad del Barça y TV3. Un decirnos no os ajuntamos, un decir al mundo no nos ajuntamos con los españoles. ¿Cataluña es o no es España? Yo entiendo que sí, me disgusta esa pancarta y me abochorna un poquito que la discusión empiece a sustanciarse en un foro como la asamblea de la Federación de Patinaje, en una lejana localidad californiana. De nombre, por cierto, castellano. En catalán, freixe.