Ignorar a los actores principales

Ignorar a los actores principales

Teatro sin actores, circo sin payasos, corridas sin toros... o carreras sin coches. Quimeras ajenas a una mente racional, pero que parece ser en lo que pretenden convertir al Mundial de rallys si nadie lo remedia. Los intereses publicitarios y televisivos, económicos en definitiva, se anteponen a los deportivos y eso puede herir de muerte a una de las más bellas disciplinas del motor. Un certamen de estas características sólo se mantiene con el beneplácito de los grandes fabricantes, así que ignorarlos es encaminarse sin remisión hacia la catástrofe.

Pilotos y marcas son los principales implicados en el éxito de su actividad, así que ¿cuál es el motivo para hacer caso omiso de sus necesidades, de sus sugerencias o exigencias? Sólo la coherencia que avala el diálogo y el entendimiento puede salvar a los rallys. Lo lamentable es que se haya llegado a este punto, que estemos planteando tales incertidumbres, que el desencuentro sea tan abismal. Si las marcas se marchan y dejan huérfano el campeonato, alguien tendrá que explicar qué ha sucedido. ¿Podrán?