Les voy a contar una historia que verdaderamente enternece y a la vez te sume en una tristeza sublime. Hace unos días un socio del Málaga, lector del Diario AS y oyente de la Cadena Ser, se puso en contacto con un servidor para contarme que uno de sus amigos, abonado también del club malagueño, había fallecido recientemente por una cruel enfermedad. Era un malaguista acérrimo, que amaba los colores blanquiazules por encima de todo y que disfrutaba con lo que leía, escuchaba y veía del equipo de sus amores, el Málaga. Joven, 29 años, residente en Fuengirola y muy querido en el grupo que acude regularmente a La Rosaleda. Su nombre, Manuel Ángel García. La última vez que vio al Málaga fue por la televisión, en el partido contra el Mallorca y se llevó un alegrón por la victoria que le mitigó por unas horas el dolor insoportable que pasaba diariamente.

Querido Manolo, donde quieras que éstes, en el Cielo, verás a tu Málaga cada domingo, con la camiseta blanquiazul puesta, junto a Migueli, Pipi, Otiñano, Juanito y muchos otros aficionados malaguistas que te estaban esperando allí arriba. Desde aquí, te echaremos de menos, pero a buen seguro que el hueco en las gradas quedará cubierto con tu aliento. Este domingo los jugadores necesitarán esos gritos para intentar doblegar al Osasuna. La plantilla te debe una alegría, una victoria y espero que te puedan satisfacer. Recuerda siempre que el Málaga es un sentimiento. Volveré.