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El baloncesto reclama el protagonismo

A menos de una semana de los JJ OO de Atenas, el heraldo que nos anuncia su inminencia es el baloncesto. Siete victorias en siete partidos de preparación, y no contra Andorra y similares, como suele el fútbol. Esas siete victorias incluyen dos sobre Serbia, campeona mundial, y una (la última) sobre Argentina, subcampeona. Este último partido ante 15.000 espectadores reunidos, a mayor mérito del evento, un 7 de agosto en Madrid. De golpe, el baloncesto recobra su viejo protagonismo en el deporte español. Lástima que RTVE se embolicara y mandara el partido ¡a las cuatro de la mañana! Hay cosas que no cambian, con PP o con PSOE.

Volvemos a soñar con la plata de Los Ángeles, o con más. ¿Por qué no va a ser posible? En torno a la fortaleza y el juego de Gasol se mueve un equipo serio, que cuenta con la ventaja del catalán y sabe aprovecharla. Y es importante, porque la Selección es la única levadura posible para levantar este deporte alicaído, al que la ACB ha ido convirtiendo, son sus manías quizá bienintencionadas pero seguro que equivocadas en lo que Imbroda definió como un mundo de muchos entendidos y pocos aficionados. La ACB se gusta a sí misma, no escucha, se encierra, pierde en la calle, pierde en las televisiones y lo peor es que no lo sabe o no lo entiende.

Por eso al baloncesto le viene de perillas este sacudidón que periódicamente le da el equipo nacional, en niños o en mayores, como le vendrá de perillas que por fin se apruebe la norma de seis seleccionables por club, si es que no la echan atrás. Resulta tan curioso como aberrante que en la ACB fueran obligatorios dos extranjeros y no fuera obligatorio ningún seleccionable. Esa medida en puertas ya ha hecho que el Madrid fichara a Felipe Reyes, mala noticia para el Estudiantes pero buena para el baloncesto en general, porque indica que Florentino ha decidido tener en cuenta este deporte. Y un Madrid fuerte es la otra pata que faltaba.