La enésima oportunidad de César

Camacho y sus Imparables vuelven de Asia con una exhibición y una duda. La exhibición consistió en cuatro golazos. Entre la sensacional maniobra de Zidane, que recibe, la pisa, la burla, la esconde y la guarda suavemente en la red, y la precisa maniobra colectiva que acaba en el gol de Morientes, está contenido todo lo mejor que tiene el fútbol. El genio individual y el genio colectivo. Para enseñar eso merece la pena viajar a Asia y más lejos. Goles como estos (y como los dos de en medio) dejan un aroma de fútbol grande, bello y eficaz, inaccesible para otros. Es el Madrid especial que sueña Florentino, el Madrid de los Galácticos.

La duda está en al portería, en la que de repente Camacho optó por César. ¿Sólo por un día, habrá alternancia en la pretemporada, está el puesto en disputa? A mí me parece que un poquito lo último... si César responde esta vez. Casillas acabó la Liga mal, repuntó algo en la Eurocopa pero en el primer partido de Japón estuvo de nuevo distraído. Hay algo de abandono en su figura, y me sabe muy mal decirlo. Sigue saliendo tan mal como al principio, pero además ha perdido atención. Eso se corrige con trabajo y el trabajo se estimula con la competencia. Me parece que Camacho está en eso. Ahora hace falta que César lo haga creíble.

Porque hasta ahora no ha llegado a asustar a Casillas. En realidad, en cuanto llegó al club César ya pudo ser titular, y eso que Casillas venía de ganar la octava. Del Bosque decidió alternarlos en la pretemporada y Camacho lo llevó por las buenas a la Selección, contra Alemania. Le metieron cuatro y allí acabó el primer intento. Luego ha habido varios otros, que incluyen dos finales de Copa perdidas, y todos han salido mal. En realidad, el prestigio de César siempre ha crecido con los fallos de Casillas y ha menguado cuando ha jugado él. Pero Casillas necesita presión y Camacho quiere metérsela. Y llega la enésima oportunidad de César.