La elección de Pekín para los Juegos de 2008 ha dado un empujón a las candidaturas de Madrid y Sevilla, que quieren organizar los de 2012. Ambas ciudades se disponen a redoblar esfuerzos para ser la elegida. Primero, por el Comité Olímpico Español (COE), y después, por el Comité Olímpico Internacional (COI). Las dos no se pueden presentar al COI, que sólo acepta una candidatura por país, y es problema del COE decidir cuál de las dos lo hace. Tiene año y medio de plazo para elegir. Difícil decisión, porque detrás hay intereses políticos de gran envergadura.

Alfredo Goyeneche, presidente del COE, tiene muy claro que no será él quien tome la decisión. Lo harán, en votación, todos los miembros del COE, donde los presidentes de federaciones son mayoría. Las candidaturas de Madrid y Sevilla ya les están tirando los tejos en forma de patrocinios. Pero en los mentideros olímpicos se asegura que al final la sangre no llegará al río, porque una de las dos ciudades se retirará en beneficio de la otra tras negociar un intercambio de deportes para que así ninguna sea la perdedora. Y el torneo de fútbol será la gran moneda de cambio.

No obstante, vamos a asistir estos días a una dura lucha entre Madrid y Sevilla, cada una defendiendo sus intereses, y más ahora que están crecidas, porque sus posibilidades de pasar el corte ante el COI son reales. No hay que asustarse. En Estados Unidos son ocho las ciudades que aspiran a esos mismos Juegos de 2008: Nueva York, Washington, San Francisco, Los Ángeles, Dallas, Houston, Cincinnati y Tampa. Y en Alemania, cuatro: Leipzig, Frankfurt, Dusseldorf y Stuttgart. O sea, que guerras fratricidas las hay en todas partes y mayores que aquí. No nos rasguemos las vestiduras.