Después de cinco días de carrera, llega una de las etapas importantes del Tour: la contrarreloj por equipos. Decisiva no va a ser, por supuesto ¡Con todo lo que queda por delante! Pero como la ONCE dé un hachazo, los Armstrong y Ullrich se van a tener que poner las pilas. Es táctica moderna que quien quiera ganar el Tour ataque en la primera etapa de montaña. Así ya sólo tiene que ir reservando energías para cuando vengan las ofensivas de los rivales. Es una estrategia que ha dado resultado, sobre todo a Armstrong, que plantea la batalla en plenitud de fuerzas.

Supongamos que la ONCE gana hoy la contrarreloj, que no es mucho aventurar. Ya lo hizo el año pasado. Vemos a Igor de líder, a Beloki segundo y a Sastre tercero. Llegan en estas posiciones al martes, que es cuando se entra en los Alpes. Armstrong y Ullrich tendrán que atacar, pero se van a encontrar que los tres que les preceden en la general suben también, y que además lo hacen por encima de la media. Ninguno es escalador nato, pero a Igor es difícil soltarle subiendo, Beloki ya demostró que es capaz de subir las montañas del Tour y Sastre ganó la montaña de la Vuelta.

Nos encontraríamos, por tanto, con una situación ventajosa, que no quiere decir que con ella ganásemos el Tour, pero sí que como los gallitos no den el do de pecho, pudiera haber sorpresas. Por eso la etapa de hoy hay que verla con gran expectación. Es la hora de la ONCE y esta tarde la batalla se desarrolla en su terreno. Ahora, eso sí, como el US Postal, que parece traer mejor equipo que hace un año para la contrarreloj, gane entonces adiós Tour. Estaríamos ante una réplica del anterior y el protagonismo de los nuestros volvería a estar en los papeles secundarios.