Los clientes que esta mañana hacían cola para comprar décimos para el sorteo de Lotería de Navidad en la madrileña administración de Doña Manolita se han llevado una sorpresa. Uno de los maniquíes de la Fábrica 'El Pilar', donde Justino trabaja como vigilante nocturno, se ha escapado de la factoría y ha hecho cola con los transeúntes a las puertas del popular despacho de lotería.
El maniquí, abrigado con la característica bufanda roja que ha amenizado la espera de los clientes de la administración, que ya a primera hora de la mañana formaban una cola para comprar Lotería de Navidad que llegaba hasta la Plaza de Callao. La figura se ha situado en la confluencia de la calle del Carmen con la de Mesonero Romanos.
Apartado en un primer momento de la fila para no entorpecer el avance de la misma, la figura pronto se ha incorporado a ella como uno más. Enseguida, la cola ha hecho un pequeño meandro para sortear al maniquí y permitir fotografiarse a los numerosos curiosos que se acercaban a él.
#Justino no le quita el ojo al monitor. ¡Que no se escape ningún maniquí! https://t.co/9EsBwMjnMN #LoteriaNavidad pic.twitter.com/aFeVkXtJy5
— Lotería de Navidad (@loteria_navid15) diciembre 10, 2015
Según avanzaba la cola, el maniquí también lo hacía, hasta llegar a la misma puerta de la popular administración de lotería. Un hombre se acercaba para darle un caramelo al maniquí, pero los objetos más socorridos eran, cómo no, los décimos del Sorteo de Navidad. El maniquí se convirtió entonces en un amuleto de la suerte y a la salida del local los clientes frotaban sus décimos contra el brazo o la calva del muñeco.
La calle, mientras el maniquí concentraba la atención de público y prensa, proseguía su discurrir cotidiano, en ebullición en estos días prenavideños. Los vendedores ambulantes gritaban "Tengo Lotería de Navidad de Doña Manolita" intentando atraer a los más impacientes de la fila. Unos turistas, abrumados por la longitud de la misma, preferían preguntar dónde había otras administraciones cercanas. Ajenos a todo estaban los repartidores de mercancías, verdaderos mártires de la mañana, que, además del trasiego habitual de viandantes, tenían que sortear la cola de clientes y a la nube de cámaras y curiosos que se agolpaban en torno al maniquí.
No será el único lugar que visiten los maniquíes de Justino de aquí a la celebración del sorteo de la Lotería de Navidad. En los próximos días los podremos encontrar haciendo cola en los autobuses, en las barcas del Parque del Retiro o haciendo cola de nuevo, pero esta vez en el cine.
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