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as.com probó la Xbox One

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as.com probó la Xbox One

as.com probó la Xbox One

La consola de Microsoft presenta un enorme potencial y, además de importantes mejoras gráficas, pretende cambiar la forma de jugar a medio plazo.

A medida que se acerca la fecha del lanzamiento de Xbox One (22 de noviembre), Microsoft está haciendo un esfuerzo titánico por intentar modificar la equívoca imagen que se trasladó de la consola en su presentación a nivel mundial.

Si en el evento del pasado 21 de mayo de Washington se presentó la consola como una máquina multimedia integradora de todo el ocio del hogar y con importantes restricciones que condicionaban su uso, durante estos meses se ha hecho especial hincapié en las bondades como consola de juego y en la enorme potencialidad que esconde y con la que pretende revolucionar la forma de enfocar como el usuario se enfrenta a un juego.

Y nada mejor para mostrar cómo es una consola que verla en acción. Microsoft enseñó cuatro de sus títulos exclusivos que acompañarán al lanzamiento: Ryse: Son of Rome, Dead Rising 3, Forza Motosport 5 y Killer Instinct.

Ryse: Son of Rome, probablemente el juego más esperado de la nueva generación, muestra la gran capacidad que tiene la consola para generar imágenes en alta definición, con una excelente integración de personajes y escenarios y unos movimientos hiperrealistas y suaves. El juego, ambientado en la Roma Imperial, situará al usuario en el papel de un legionario en busca de venganza. Además de la historia principal que llevará al jugador por diferentes lugares del Imperio, el modo gladiador se presenta como una de sus grandes bazas. Los combates en el Coliseo (da gusto ver como se han recreado hasta los mínimos detalles: público, toldos, arena…) serán otro importante atractivo.

Dead Rising 3, tras esa fachada hilarante e irreverente, el juego da un atisbo de lo que es capaz la consola: combinar cientos de personajes en pantalla sin que se produzca ningún tipo caída en la velocidad de ejecución. El jugador deberá enfrentarse a cientos de zombies (literal) haciendo uso de todo tipo de armas.

Forza Motorsport 5. Es quizá el título donde mejor se pueden apreciar los cambios de la consola, en primer lugar el apartado gráfico es, sencillamente, espectacular. En las carreras a los mandos de un Audi en el circuito de Laguna Seca, la sensación de estar dentro de un coche real es la que mejor se ha conseguido hasta ahora. Los cambios de iluminación, los deslumbres, el modelado de vehículos y circuito roza la perfección. El otro factor que ayuda a esta sensación es el mando, que ha conseguido trasladar unas sensaciones de tracción y dirección como no se habían visto hasta ahora.

Apuntadas sus bondades (como máquina de juegos), hay que señalar que los títulos que van a acompañar al lanzamiento, tanto exclusivos como de otras compañías, no van a mostrar el enorme potencial que posee la Xbox One. Se trata del efecto iceberg que tradicionalmente caracteriza al lanzamiento de cualquier consola. En primer lugar porque los estudios no han tenido el tiempo ni la experiencia suficiente para ver hasta dónde puede llegar, basta con apuntar que los mejores títulos de la actual generación están saliendo ahora, ocho años después de su lanzsmiento.

Y en segundo lugar porque el gran pilar sobre el que se va asentar la consola, la integración con otros dispositivos (móviles, tablets, la propia red…) está aún en fase de desarrollo y evolución. Estos cambios supondrán necesariamente una nueva manera de afrontar los videojuegos, pero quizás para esta fase aún falten bastantes meses. El uso de la nube abre también nuevas puertas tanto en la forma de conectarse como en el ingente espacio de recursos que se facilitan. Dónde está el límite de un juego, si no está ceñido a restricciones física. Alguien se imagina un GTA donde no haya barreras…

Los otros dos puntos que más han llamado la atención son el nuevo mando y el Kinect. Respecto al primero, mi opinión es que Microsoft ha acertado con el cambio: se adapta mejor a la mano, los gatillos están mejor posicionados y el sistema de respuesta es más realista, sobre todo con los gatillos de impulsos. Con respecto al nuevo Kinect, resulta bastante espectacular el sistema de reconocimiento facial que es capaz de distinguir quién está jugando, se han eliminado las barreras de distancia y ofrece a los desarrolladores nuevas formas de controlar los juegos: guiños, ritmo cardiaco… Todo vale para recoger información que se integre en el juego.

Se abre un futuro distinto en el que a corto plazo se aprecian cambios estéticos (mejora de calidad gráfica) y técnicos (nuevo Kinect ) donde la consola se convierte en más que un máquina de juegos, idea que sí funciona en Estados Unidos (donde el 54% de las Xbox 360 no están dedicadas a jugar), y donde los usuarios pueden emplear sus otros dispositivos como periféricos.

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