“Cuando esperas a los Reyes Magos y no hay regalo no sonríes tanto”

Una de las virtudes de Marc Márquez es que su rostro no engaña y que es bastante sincero en sus declaraciones. El test de Valencia era muy importante para él y ha resutado decepcionante. El ilerdense es el primero que quiere volver a ser campeón de MotoGP a pesar de los seis títulos que ya posee. También quiere darle sentido a tanta operación como le han hecho en el brazo derecho para volver a ser competitivo. Y para ello quiere que su fábrica, Honda, le dé las armas necesarias para luchar, algo que siente no sucede hace demasiado tiempo.

“Hemos acabado pronto y eso no es muy bueno, pero hemos probado lo que teníamos y hemos dado los comentarios que tocaban en todo momento. He hecho el trabajo que me han pedido y ya. Hemos recibido el prototipo y se tiene que trabajar de cara a este invierno si se quiere luchar por el Mundial el próximo año”, empezó diciendo en DAZN antes de dejar claro que no había habido grandes avances con la nueva moto: “Era un chasis un poco diferente, un motor un poco diferente, la aerodinámica también es un poco diferente. Mir también la ha probado, para ver su comentario. El tiempo por vuelta de una moto a la otra cambia poco y yo me guío por eso. Con una hacías el tiempo de una manera y con la otra lo hacías de otra. Había un problema con una y luego con la otra el problema era diferente. Se tiene que dar un paso, bueno, uno no, dos hay que dar este invierno para seguir avanzando”.

Preguntado si se queda con algún punto positivo de la nueva Honda, dice: “Me quedo con algún punto positivo de la moto, pero lo que se ganaba en algún punto se perdía en otro y el tiempo por vuelta con las dos motos era muy similar. No he hecho ‘time attack’, no he puesto ni el blando ni nada porque no tenía sentido. Una vuelta es una vuelta, pero en ritmo de carrera es donde sufrimos más y donde tenemos que seguir trabajando, porque el tiempo se tiene que hacer de una manera diferente para ser competitivos en todos los circuitos”.

Marc ha vuelto a dejar claro que una cosa son sus prestaciones y otras las de su moto: “Por mi parte yo me voy contento, porque he mejorado mucho estas cinco últimas carreras y sé que este invierno podré dar el último paso físico para encontrar ese cien por cien. Ese será mi objetivo, hacer un invierno normal, que llevaba como cuatro o cinco inviernos lesionado. Este invierno podré apartar al menos un poco la camilla, pero también tengo ganas de seguir trabajando. Me tomaré mis días de descanso, pero los justos, porque si quiero dar el paso físico tengo que seguir con la recuperación física. Y luego, ya he hecho la carta o he apuntado en la agenda los deberes de lo que me gustaría tener en febrero por parte de Honda, que tienen que dar no uno sino dos pasos si queremos tener opciones de luchar el año que viene”.

Y al comentarle que se le ve preocupado, contestó: “No estoy preocupado, pero soy realista. Cuando me sale sonreír, sonrío, y cuando esperas a los Reyes Magos y no hay regalo no sonríes tanto. Lo importante para mí es que hacía mucho tiempo que no veía tantos japoneses dentro del box, y esto ya es un paso, porque había ingenieros escuchando el comentario en directo del piloto, y esto ya es un paso. Había una moto nueva. Las cosas para probar han sido justas, por eso hemos acabado pronto, porque dar vueltas por dar y hacer ‘time attack’ para mí no tiene sentido. Quiero que trabajen más. Que prueben, como lo están probando, y que demos pasos”.

En cuanto a la evolución de su hermano Álex con la Ducati, a sólo 36 milésimas de él en su estreno con la mota italiana, habló riéndose: “Lo he seguido cinco curvas y aún va un poco tieso, un poco palo, pero hacía el tiempo de una manera diferente. Ha variado el estilo de pilotaje de la Honda a la Ducati. Cuando coges una moto y es fácil, los tiempos salen enseguida. Si no lo es, te cuesta más. Se ha quedado pegado a mí y le ha ido bien, pero nosotros centrados en nuestro box y a sacar el máximo de lo que tenemos”.