El Ferrari de Molina, descalificado de las 24 Horas de Le Mans
El soporte del alerón trasero del 499P #50 no cumplía con la prueba de deflexión y pierde la cuarta posición, después de una inspección técnica en la noche del lunes.


No fue la edición soñada para el Ferrari de Miguel Molina, Antonio Fuoco y Nicklas Nielsen; ni siquiera antes de saber lo que estaba por venir. Con media carrera por delante, el 499P #50 de Maranello lideraba; pero fue sancionado con un drive through después de que el piloto danés no aflojase durante un periodo de banderas amarillas. Ese detalle les alejaba de la lucha por la victoria y les condenaba a una cuarta posición, que no fue su peor castigo en estas 24 Horas de Le Mans. Porque el verdadero golpe llegó en la noche del lunes, cuando los comisarios anunciaron la descalificación del monoplaza tras identificar irregularidades en su alerón trasero.
La inspección técnica de los coches que participaron en la 93ª edición de las 24 Horas de Le Mans puso a un monoplaza en el centro de atención. Y ese fue el Ferrari #50, al que se le identificó una infracción técnica. “El soporte del alerón trasero no cumplía con la prueba de deflexión”, se especificaba en el documento en el que se convocaba a un representante del equipo ante los comisarios. Los de Maranello acudieron a su cita pero tras las escuchas, la decisión de la FIA no se rebajó: el 499P de Molina, Fuoco y Nielsen era descalificado y perdía la cuarta posición en la que vio meta, por no superar la prueba de carga del alerón trasero.
Poco pudo hacer Ferrari ante una decisión que llegaba tras comprobar que su monoplaza infringía el Reglamento Técnico del WEC 2025 y el Reglamento Suplementario de las 24 Horas de Le Mans 2025. La unidad #50 sufría una deflexión del alerón trasero de 52 mm, cuando la deformación máxima admisible es de 15 milímetros. Pero además, se encontraron cuatro tornillos faltantes en el soporte del alerón trasero, que como confirmó el representante del equipo podía estar relacionado con la excesiva deflexión. Las alarmas se encendieron en Maranello durante la última parada en boxes del coche, cuando identificaron la falta de las piezas a las que hacían alusión los comisarios. Sin embargo, desde la FIA no aceptaron el argumento que presentó el equipo italiano; pues el coche alcanzó su velocidad máxima en la vuelta 380 de 387 y entendían, que la unidad se había aprovechado de una posible ventaja de rendimiento.
Toyota asciende al Top-5
La decisión contrastaba con el desenlace que se vivió al otro lado del garaje, donde nadie sufría ese mismo desenlace. Las otras dos unidades de Maranello que fueron examinadas, el 499P del equipo oficial y el privado de los ganadores, superaron la inspección posterior a la carrera sin mayores contratiempos. Los cuatro hypercar mejor clasificados (la investigación también afectó al Porsche #6) y los tres mejores clasificados de LMP2 y LMGT3 fueron quienes se sometieron a las verificaciones técnicas y a excepción del Ferrari #50, todos los coches obtuvieron el visto bueno de los comisarios, tras unas revisiones que meten de nuevo a Toyota en el Top-5 por décimo año consecutivo.
El equipo japonés fue uno de los beneficiados por una descalificación que, sin embargo, le complica mucho la vida a Molina y compañía en sus aspiraciones mundialistas. Tras la descalificación, la brecha con el Ferrari #50 se ha duplicado hasta los 48 puntos con cuatro carreras por delante. Pero al menos Ferrari mantiene todavía el doblete en la general y por supuesto, un triunfo histórico en Le Mans gracias a Robert Kubica, Ye y Hunson; la triuplación que llevó al 499P #83 del AF Corse hasta lo más alto y también, por tercer año consecutivo, a los de Maranello hasta la victoria.
Ferrari, en desacuerdo
La escudería italiana se llevó una sorpresa al conocer la descalificación y, poco después, emitía un comunicado a través de sus redes sociales para mostrar su descuerdo ante esta decisión: “Dado el diseño del elemento, la ausencia de uno o más de estos componentes no comprometía la seguridad del coche de ninguna manera”. “La pérdida posterior de los tornillos restantes (tres de los cuatro que faltaban) durante los últimos 37 minutos de la carrera no aportó ninguna ventaja en términos de rendimiento ni en el resultado final”, insistía la Scuderia, que aseguraba que “la velocidad punta del #50 499P mencionada por los comisarios se registró durante las últimas siete vueltas del coche, mientras rodaba a rebufo de su ‘hermano’, el #51 499P”. Pese a todo, Ferrari no reclamará la decisión y expresa su “plena confianza” a la normativa del campeonato.
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