Honda no supo entender la moto
El comportamiento del prototipo de 2022 desconcertó al equipo, que ahora traza su camino de regreso a la cima. “Quiero una moto ganadora”, manifiesta Marc.
Si retrocediésemos en el tiempo, sería imposible encontrar un paralelismo entre la Honda que arrasó en los test de la pretemporada 2022 y la Honda, que compitió durante el resto del curso. En el comienzo se señaló una posición antinatural de Márquez sobre la moto, por culpa de una rotación en su húmero derecho que le obligó a pasar por quirófano por cuarta vez, como causa de un rendimiento inferior al del invierno. Pero los resultados reflejaban como los problemas de la marca japonesa no residían únicamente en la lesión de un piloto. El tercero de Pol Espargaró en Qatar fue una alegría que se desvaneció entre las dudas, hasta convertirse en la excepción y no la norma de un año donde la revolución acabó pasando factura.
La Honda era “tan diferente a la de los años anteriores” que para Márquez era “casi como si hubiera cambiado de fabricante”. El prototipo de la RC213V creció a lo largo, cambió la distribución de pesos y renunció a su seña de identidad a través de una pérdida de potencia que, a priori, servía para equilibrar una moto que en pretemporada fue “increíble”. La montura japonesa dominó a una vuelta y también en ritmo de carrera durante los test, las sensaciones convencieron a todos los miembros del equipo “salvo por algunos pequeños problemas en la parte delantera”, que pasaron de ser insignificantes a terminar relegando a la estructura más laureada del Mundial hacia una posición nada habitual que no se vivía desde el 2004.
La marcha de Valentino Rossi estableció un antes y un después dentro del seno de la marca del ala dorada, dando paso a un año de transición donde, al igual que en este 2022, el Repsol Honda no anotó ninguna victoria en su marcador. Esta temporada la firma japonesa ha sido la única estructura que se ha quedado sin visitar el escalón más alto del podio y aunque estos registros también coinciden con la ausencia de su figura más dominadora como por aquel entonces, aunque en el caso de Marc la falta ha sido a tiempo parcial, la marca es consciente de que no puede depender únicamente de un piloto. Pero sí escuchar y valorar sus sensaciones al manillar de una montura, que despistó al ilerdense desde el primer momento.
Con los números en la mano, la RC213V de 2022 era un prototipo más competitivo que su antece-sor y ese hecho se ha reafirmado durante la temporada. La Honda ha ganado en tiempo por vuelta y eso fue lo que sintió Marc en las pruebas de Malasia, escenario en el que comparó la moto actual con la de 2021 para decantarse por la opción más novedosa. ¿De dónde parten los problemas? De la irregularidad de una montura que es difícil predecir cómo se comportará de una pista a otra. Márquez señala directamente “al carácter de la moto”. “Este año ha cambiado mucho y para mi estilo es peor, me siento más incómodo”, añade. Pero no ha sido el único dentro de una marca que ha perdido a su hermano Álex, rumbo a Ducati, y Pol Espargaró, de vuelta a KTM.
El camino a seguir
La inestabilidad de la Honda ha causado estragos dentro del garaje japonés y para Márquez, el camino a seguir es aquel que les lleve a “encontrar una moto que durante un campeonato pueda ser consistente en todas las pistas como lo ha hecho Ducati”. En la fábrica ya se han puesto manos a la obra para ello bajo las directrices de un piloto que ha dejado claro su deseo: “Quiero una moto ganadora”. Y a pesar de que son muchos los que han acusado a la marca del ala dorada de desarrollar una montura con la que únicamente Marc ha sido capaz de funcionar y ser competitivo, es el propio ilerdense quien no quiere dar un paso atrás para recuperar esas motos que tenían entre su ramillete de virtudes el agarre en la zona delantera.
El octocampeón está dispuesto a recibir una moto que fusione las fortalezas del prototipo que desarrollaron para este 2022, junto a la comodidad que sentía en los modelos anteriores. Pero todo no pasa por ese mencionado ten delantero: “Tal vez una moto al ‘estilo Márquez’, el estilo más antiguo, no me funcionaría bien ahora. Antes las motos era muy bajas y cortas, ahora se están volviendo grandes y altas”. Marc es consciente de que el campeonato evoluciona y eso lleva consigo la necesidad de que también lo haga el propio piloto. Mantenerse en la cima conlleva aceptar nuevos retos que llegan a partir de las progresiones y este es un momento de renovarse o morir, donde el octocampeón tiene clara cuál es su apuesta.
El objetivo a más corto que largo plazo es volver a pelear por el Mundial y recuperar su dominio en MotoGP. Eso quiere decir que con una moto competitiva Márquez también debe serlo, y no parece que le resulte demasiado complicando tras haber demostrado como, con esta Honda, ha sido capaz de volver a brillar y estar por encima de las posibilidades que le ofrece la moto. Por lo tanto en la fábrica simplemente queda trazar el camino a seguir para volver a la cima y desarrollar la máquina de 2023, de cara a un invierno donde el de Cervera ya le ha escrito su carta a los Reyes Magos: el agarre y la estabilidad son el punto de partida.