Otro desastre para Leclerc: “No hay mucho más que decir”
El monegasco sufrió problemas con el motor durante la carrera, además de una estrategia descabellada al montar ‘slicks’ cuando empezaba a llover de nuevo.
La lluvia ha sido el peor enemigo de Ferrari en este GP de Canadá. Y es que la mala clasificación del sábado, con los dos coches fuera de la Q3, solo era un presagio de todo lo que le esperaba a la casa italiana el domingo de carrera. Partiendo desde atrás, con Charles Leclerc en la undécima plaza y Carlos Sainz justo por detrás, nunca estuvieron en condiciones para luchar por los puntos. De hecho, el español sufrió con la baja visibilidad de las primeras vueltas, asumiendo también que no fueron rápidos “en ninguna situación” al no ir “cómodo” con el SF-24. Todo salió mal, pero para su compañero el monegasco, la situación fue todavía más caótica.
Leclerc, que venía de coronarse con una victoria en Mónaco, tuvo problemas con el motor desde el inicio de carrera. Luchando en todo momento fuera de los puntos, es decir, sin nada que perder, el equipo le hizo entrar para probar una estrategia que resultó ser descabellada: con el cielo anunciando la llegada de la lluvia, Ferrari decidió montar los neumáticos duros al monegasco (a la vez que aprovechar la parada para resetear el coche), en la vuelta 29, cuando toda la parrilla se mantenía con el intermedio. Evidentemente, el agua no tardó en llegar y Leclerc sufrió mucho más de lo esperado para mantener el coche en pista. Le doblaron fácilmente y, todavía con muchos problemas, decidió retirarse en la vuelta 43. Más tarde, ante la prensa, resumía así la carrera: “Sinceramente, no hay mucho más que decir, aparte de que el problema del motor nos costó todo”.
Y se pronunció sobre la estrategia fatal: “En un momento dado, intentamos ir con los neumáticos duros cuando sabíamos lo que iba a pasar... Había más posibilidades de que no funcionara, pero teníamos que probar algo porque, con los problemas de motor que teníamos, nos habríamos quedado fuera de los puntos de todos modos”. Está claro que la situación no ayudó ni un poco, pero Leclerc insiste en que los problemas con el coche fueron los que realmente condicionaron su domingo, por lo que es un aspecto a investigar bien de cerca: “Fue muy complicado hacer todos los cambios de motor que me pedía el equipo, y al mismo tiempo seguía perdiendo un segundo y medio por recta. Tenemos que estudiar el tema del motor, porque va a ser complicado para el resto de la temporada”.
Con el abandono de Sainz unas vueltas después, resulta decepcionante este fin de semana para Ferrari. La Scuderia cambió una victoria y un podio en Mónaco por la debacle de Montreal, de la que se van sin un solo punto. Aun así, el monegasco supo ver la parte positiva: “Hoy no diría que el ritmo era malo. Si nos fijamos en el primer stint con un motor segundo y medio más lento, creo que no éramos tan malos en las curvas y éramos fuertes, pero el motor era un problema tan grande que no podíamos hacer nada”. “Hay fines de semana buenos y malos. Nos perdimos la Q3 por tres centésimas y, definitivamente, no nos sentíamos bien con el coche. Tenemos que trabajar en eso y tratar de entender lo que salió mal”, explica Leclerc, todavía como segundo clasificado del Mundial (tiene a Norris a 7 puntos), sin tampoco ocultar la realidad de este fin de semana: “Esto duele”. Ahora ya solo queda pensar en la siguiente cita, el GP de España en Barcelona.