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FÓRMULA 1

Cómo ser alonsista en 2023

Aston Martin presenta hoy el AMR23 que pilotará Alonso esta temporada. El bicampeón se une a un quinto fabricante que aspira a ganar a medio plazo.

11/02/23 AUTOMOVILISMO F1 FERNANDO ALONSO ASTON MARTIN
FOTO:ASTONMARTINF1
DIARIO ASDiarioAS

Aston Martin enseñará hoy el AMR23 por primera vez en la fábrica de Silverstone (a partir de las 20:00 horas CET). Junto al coche se presenta un joven piloto asturiano que apunta maneras. No se le puede calificar de novato, se dirige hacia su 20ª temporada de Fórmula 1 con el récord de grandes premios disputados; ni de imberbe, ganó dos Mundiales (2005 y 2006) y 32 carreras.

No es su primer empleo, antes se ha puesto el mono en Minardi (2001), Renault (2003-2006, 2008-2009; Alpine en 2021-2022), McLaren (2007, 2015-2018) y Ferrari (2010-2014). Pero sí es una primera vez para Fernando Alonso, de 41 años: se estrena con su quinto fabricante en la F1, con la motivación renovada y la esperanza de acercarse a la quimera de la 33ª o el tercero.

Del monoplaza se sabe poco y se espera mucho, puede que demasiado. Fueron séptimos en 2022 con Vettel y Stroll. El diseño aerodinámico corre a cargo de Dan Fallows y Eric Blandin, fichados de Red Bull y Mercedes; y se entiende que las curvas profundizarán aún más sobre las ideas que hicieron bueno al RB18 el año pasado, porque Fallows estuvo en los orígenes de ese concepto. El motor es Mercedes, garantía de tranquilidad después de un 2022 aciago en cuanto a fiabilidad para Alonso (9º en el campeonato con múltiples averías). Se espera mucho porque Aston Martin abandonó a su suerte al AMR22 antes del verano para dirigir todos sus esfuerzos (también económicos) hacia el proyecto del curso que comienza. En tiempos de techo de gasto, eso debería ser un punto a favor.

En este contexto, confluyen dos vertientes casi filosóficas. Por un lado, el alonsista de nueva generación, social y digital, confundido porque todas las matrículas de los coches que se cruza suman 33. Hace pocos años dio una segunda oportunidad a la F1 para abonarse primero al plan, luego a la misión, ahora a la ilusión sin red avivada por los mensajes optimistas que llegan del entorno de la escudería, y del propio Fernando. Por otro lado, el renegado que abandonó toda esperanza en los tiempos de McLaren Honda y ahora solo espera a seguir cargándose de razón.

Con los datos encima de la mesa, Aston Martin ha hecho todo lo necesario para cambiar el rumbo de su escudería y aspirar a buenos resultados a medio plazo. Hay dinero, lo ha puesto en parte el magnate canadiense Lawrence Stroll, padre del compañero de Fernando. Pero en la F1, dos más dos pueden ser cuatro, diez o cero. Otros más grandes acudieron al Gran Circo con inversiones y ambiciones mucho mayores y salieron escaldados. Y muchos teóricos pequeños, entre ellos una bebida energética, lograron cambiar los cimientos del deporte. En su origen esta estructura establecida en Silverstone ha sido antes Jordan, Force India o Racing Point: el típico equipo de la zona media.

Hoy se presenta un nuevo capítulo en la carrera de Alonso que posiblemente sea el último en su tomo de F1 (por dos o tres temporadas). Hay, de nuevo, dos maneras de asistir como testigos. Se puede disfrutar mientras sea posible, porque un día no estará, del mejor piloto de monoplazas que ha dado España al máximo de lo que ofrezca la mecánica. O se puede fijar el listón a la altura de sus capacidades para exigirle que alcance los podios, que vuelva a ganar carreras y que luche por el título que le falta. El primer aficionado, realista, no caerá en el torrente de frustración. Pero que nadie se lleve a engaño: en el segundo vagón, el de los exigentes y los insaciables a los que solo les vale ganar, está Fernando Alonso Díaz.