El volante de Mazepin peligra
Las sanciones a Rusia y el patrocinio de Uralkali pueden convertirse en un impedimento para la presencia de Nikita a partir del GP de Bahréin.
La invasión de Rusia a Ucrania puede tener consecuencias en la carrera deportiva de Nikita Mazepin. El asiento del piloto ruso, que el 2 de marzo cumple 23 años, peligra en un contexto de sanciones internacionales. Para empezar, porque su pasaporte puede ser un impedimento para cruzar fronteras o entrar en Reino Unido, donde se encuentra la fábrica de la escudería Haas. Pero sobre todo porque el contrato de patrocinio de la empresa de fertilizantes Uralkali, propiedad del padre de Nikita, puede verse alterado en las próximas semanas si Haas quisiera rechazar una vinculación directa con los oligarcas rusos.
Dimitri Mazepin, importante empresario del sector químico ruso, aporta alrededor de 30 millones de euros por dos temporadas de Fórmula 1 para su hijo, 2021 y 2022. Pero desde que comenzó la ofensiva militar de Rusia, el equipo decidió en los test de Barcelona retirar el patrocinio de Uralkali del coche y eliminar los colores de la bandera rusa que ocupaban la carrocería. Con sedes en Banbury y Maranello, Haas compite bajo bandera norteamericana porque el propietario del constructor es el empresario estadounidense Gene Haas. "Estoy se tiene que resolver", dijo el viernes Guenther Steiner, jefe del equipo, aunque también confirmó que por ahora no se aplican sanciones directas sobre Mazepin o las empresas vinculadas a su familia.
En los últimos días ha sonado Pietro Fittipaldi, brasileño de 25 años y nieto del bicampeón Emerson, como posible relevo de Mazepin en caso de que los problemas logísticos o contractuales le impidieran competir en el GP de Bahréin (20 de marzo). Pietro ya disputó los grandes premios de Sakhir y Abu Dhabi en 2020 con Haas para sustituir a Romain Grosjean, que había sufrido un grave accidente en Bahréin. Mazepin, mientras, suma 21 grandes premios en el campeonato, ningún punto y un 14º puesto como mejor resultado.
La F1 anunció el pasado viernes la cancelación del GP de Rusia, que debía disputarse el 25 de septiembre en el circuito de Sochi. “En las circunstancias actuales” no es posible su celebración, aseguraba la organización, aunque la prueba se da por cancelada de forma definitiva y ya se busca un posible sustituto. Mientras, varios pilotos han emitido mensajes contra la guerra en sus canales de redes sociales. Vettel fue el primero, con una rueda de prensa que impulsó la cancelación de la carrera rusa: "Yo no iré, ya lo he decidido", dijo horas antes de que la prueba desapareciera del calendario del Mundial.