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MOTOGP | VALENCIA

Remy Gardner, el campeón al que no pudo frenar el 'Cocodrilo'

Pese a todos los intentos de su padre Wayne por alejarle del motociclismo, el australiano ha terminado siguiendo sus pasos con su primer título.

Cheste
Remy Gardner restaura coches.

La historia de Remy Gardner es más atípica de lo que en principio podría pensarse, ya que no por ser hijo del campeón del mundo de 500cc de 1987, Wayne Gardner, tuvo un rápido y fácil acceso a la competición. Es más, el Cocodrilo hizo lo que pudo para apartar a sus dos hijos de las carreras de motos, pero Remy, dos años mayor que su hermano Luca, llevaba un piloto dentro, y ahora un campeón del mundo de Moto2, que acabó saliendo por sus poros.

Remy nació en 24-2-98 (23 años) en Sidney, Australia, y hasta los 4 años vivió entre Mónaco y Australia, decidiendo la familia Gardner instalarse definitivamente en Sidney, concretamente en Manly. Allí vivían en una casa frente al mar donde Remy y su hermano pasaban los días practicando surf y haciendo el locuras con el skate y la bici. Ni Remy ni Luca montaron en moto cuando eran pequeños debido a que Wayne consideraba que era muy peligroso. Por eso, no fue hasta que compraron una granja a las afueras de Sidney cuando empezaron a ir en moto por el campo.

Años después, y tras insistir mucho, Remy pudo empezar a participar en algunas competiciones australianas de dirt track. Wayne le prohibió practicar motocross, porque lo consideraba extremadamente peligroso, y con 13 años participó en su primera carrera de velocidad, en asfalto. Es una edad muy tardía comparada con otros pilotos mundialistas de su generación, porque muchos a los cinco o seis años ya están dando al gas.

Gardner hace pesca submarina
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Gardner hace pesca submarina

Honda Australia le invitó junto a su hermano a participar en una carrera en España, en la que Remy terminó en las últimas posiciones. Al bajarse de la moto, le dijo a su padre que nunca en su vida se lo había pasado tan bien. Fue en ese momento cuando decidió que quería dedicarse profesionalmente al motociclismo.

Un año más tarde, con 14 años, se trasladaron a vivir a España y Remy empezó a competir en el Campeonato Mediterráneo y en el FIM CEV Repsol, desde el que dio el salto al Mundial. En 2014 hizo tres carreras de Moto3 y en 2015, su primera temporada completa. Subió a Moto2 en 2016, y su sexta temporada ha conquistado el título antes de subir la próxima temporada a MotoGP, donde seguirá compartiendo box con Raúl Fernández en el KTM Tech 3.

La personalidad del nuevo campeón es muy australiana, de estilo surfero, relajado y trato fácil. Todo está bien para él y se lleva bien con todo el mundo. Es amante de la naturaleza y de los animales. Se considera un piloto de la vieja escuela y no le da importancia a las redes sociales ni a su imagen. Tanto es así que, si pudiera, se bebería una cerveza en la parrilla de salida. Dentro del box y con el equipo se considera uno más.

Gardner durante una jornada de surf.
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Gardner durante una jornada de surf.

En 2018, tuvo un accidente haciendo motocross en el que se rompió las dos piernas, el médico le dijo que hasta pasados tres meses no podría ni aguantarse de pie, pero un mes más tarde estaba corriendo una carrera del Mundial de Moto2. La terminó vomitando y mareado, pero en los puntos.

Además del motociclismo, los coches son la otra gran pasión de Remy. Tiene una nave donde, además de preparar todo su equipo de entrenamiento y motos, trabaja en coches clásicos, al estilo Gas Monkey. En 2017, se compró un Volvo Amazon del 69 que está restaurando por completo. Le ha cambiado el motor y ha fabricado y diseñado todas las piezas él mismo. Realiza los prototipos con su impresora 3D para luego hacer las piezas definitivas. Es totalmente autodidacta, aprende viendo videos de YouTube y hablando con mecánicos e ingenieros. Cuando se mete en su nave, se pierde y acaba volviendo a casa a medianoche sin haber comido ni cenado. En su cumpleaños todo lo que pide son piezas para sus coches o herramientas para el taller.

Se le da bien prácticamente cualquier deporte y todo lo acaba llevando al extremo. Si está haciendo pesca submarina, tiene que bajar a 30 metros… Si hace monoesquí acuático, tiene que probar la velocidad máxima del barco e intentar sacarse el esquí para hacer esquí descalzo… Practicando snowboard, tiene que probar a hacer un back-flip y meterse por todos los fuera pistas posibles…

Gardner durante una jornada en la nieve practicando snow.
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Gardner durante una jornada en la nieve practicando snow.

Le encanta la música rock y toca la guitarra muy bien. Un plan perfecto para Remy es salir un día a practicar pesca submarina, sin botella, y luego llegar a casa para hacer una barbacoa con lo que ha pescado. Actualmente sigue viviendo en Sitges, habla perfectamente español y tiene una novia catalana, Claire Möller, que compite con caballos en la modalidad de salto de obstáculos. Casi podría decirse que no pegan mucho juntos, pero se nota que se complementan perfectamente el uno al otro. Un tipo feliz este Remy Gardner a pesar de no haber tenido una infancia precisamente fácil y, desde hoy, todo un campeón del mundo, como su padre.