Benavides hereda la corona
El argentino gana el Dakar, el primer sudamericano en lograrlo en moto, y continúa con el reinado de Honda un año más. Gran sexto final de Santolino.
Les costó nada menos que 31 años recuperar el trono y no lo iban a soltar tan fácilmente... Honda ha sido claramente el equipo más fuerte del Dakar en motos desde el inicio de la competición, se podía ver entre las continuas idas y venidas de pilotos en la clasificación, y ya quedó claro una vez que se estabilizó la carrera. Los suyos siempre estuvieron entre los mejores y, aunque perdieron a dos de sus soldados antes de la batalla final (Barreda y Cornejo), su armada era lo suficientemente fuerte para salir victoriosa. Y así lo hicieron con Kevin Benavides al frente.
El argentino se proclamó campeón del Dakar por primera vez en su vida, en su quinta participación, y logró un hito histórico al ser el primer sudamericano en ganarlo sobre dos ruedas. Lo tenía todo a favor gracias a los cuatro minutos de ventaja con los que contaba al salir a la última especial, porque era la más corta, más aún de lo previsto (202 kilómetros, 20 menos a causa de fuertes lluvias), y porque su rival más cercano, Sunderland, abría pista con la KTM tras ganar la etapa anterior. Gracias a ello, el británico se acercó mucho, pero le también pagó el precio de salir primero.
Sam se dejó nada menos que 13 minutos en el intento y no pudo devolver a la gloria a su marca, que tendrá que esperar otro año más. La otra amenaza para Benavides no era otro que su compañero en Honda y anterior campeón, Brabec. El californiano estaba a siete minutos de Kevin en la general y le superó el último día, de hecho, lo hizo llevándose la victoria para acabar con un triplete, pero apenas le pudo arañar dos minutos al argentino. Por lo que no le quedó más remedio que coger su corona y dársela al nuevo campeón.
Su consuelo es que al menos su casa sigue reinando, que acaba segundo y que Honda consigue su primer doblete desde 1987 tras doblegar de nuevo a su rival, KTM, que se queda resignado con el tercer puesto de Sunderland. Y decimos rival y no su mayor rival, porque los japones no tuvieron otro, ya que el que se supone que iba a ser el tercero en discordia, Yamaha, no paró de sufrir con sus motores hasta el último día. Van Beveren, el único superviviente que les quedaba, abandonaba a los 30 minutos de carrera con el motor roto, y eso que lo cambió hace poco...
En España, nos quedamos otra edición sin llevarnos la mayor alegría de todas. Fue así después de ver el triste final que tuvo Barreda en la penúltima etapa cuando abandonó al quedarse sin gasolina por saltarse un punto de repostaje. Pero eso no significa que no haya nada que llevarnos a la boca, porque el sexto puesto final de Santolino deja un sabor muy agradable. Logra acabar el Dakar a la tercera y lo hace entre los mejores con una Sherco, la primera que rompe el oligopolio de Honda y KTM. Lástima que en un día para celebrar, la muerte del francés Cherpin lo impida. Por eso llovía...