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MOTOGP

Suzuki cambia el paso

Tras más de una década, la fábrica de Hamamatsu fue la única capaz de imponerse a Honda y Yamaha en el Mundial de MotoGP con Joan Mir.

Joan Mir (Suzuki). MotoGP 2020.
LLUIS GENE

"No se puede fallar" fue la frase que marcó el inicio de una temporada 2020 que, para ganarle la partida al coronavirus, se programó a catorce carreras en MotoGP. Lo que comenzó siendo un año en el que la estrella de Honda, Marc Márquez, volvía a ser el gran protagonista en una campaña prometedora para Yamaha, terminó con todos los focos alumbrando un garaje inesperado. Suzuki rompió los esquemas y acabó con la hegemonía de las otras marcas japonesas tras lograr, por primera vez desde 2010, apartar de lo más alto a las RCV y M1.

Desde que comenzó la década, tanto Honda como Yamaha, con siete y tres títulos de pilotos respectivamente, fueron las únicas que se encumbraron hasta lo más alto con Marc Márquez y Casey Stoner, en el caso de la estructura del Ala Dorada, y con Jorge Lorenzo por los de Iwata. Pero con el campeón de 2019 fuera de escena tras su lesión en la primera carrera de Jerez y la M1 lastrada por problemas en sus motores, que se acentuaron durante una temporada marcada por la irregularidad, la igualdad mecánica fue una realidad que hizo posible un escenario atípico en MotoGP.

El doblete de Fabio Quartararo en la apertura de Jerez no invitaba a creer en ello, Yamaha auguraba la temporada exitosa que venían persiguiendo desde 2015, pero a partir de la carrera en Brno quedó claro que nada era imposible. KTM ganaba su primera carrera en la clase reina, hasta siete pilotos habían saboreado el podio en tres grandes premios y una M1 que parecía inalcanzable comenzaba a sufrir, en una parrilla donde la montura campeona padecía por entrar en el top-10. Y lo que hasta ese momento se antojaba como una utopía, liderar la general, pasó a ser un objetivo que ganaba pretendientes.

"Nadie quiere ganar"

Desde fuera, un Márquez que había arrasado en la anterior campaña gracias a una regularidad abrumadora, destacó la realidad de la cilindrada: "Parece que nadie quiere ganar este Mundial". Tanto fue así que, a falta de tres carreras para el final, hasta 14 candidatos contaban con opciones de relevar al ilerdense, en un escenario que de un gran premio al siguiente tenía unos protagonistas completamente diferentes, entre los que Joan Mir supo ganarse la permanencia.

El balear fue el más rezagado en conseguir el triunfo entre los favoritos, pero el primero en encontrar la constancia que requiere la lucha por un título. Mir se aseguró el liderato subiendo en siete ocasiones (un triunfo, tres segundos y tres terceros) a un podio que saborearon 15 de los 22 pilotos que forman la parrilla y al que únicamente no aspiró Aprilia.

Además, se igualó la cifra de nueve ganadores diferentes de 2016 y dos estructuras satélites irrumpieron entre las oficiales. ¿Cuál es la diferencia respecto a esa temporada? Que las motos del Petronas y el Tech 3 fueron las más asiduas a la victoria y solo la Suzuki le ganó el pulso a esos equipos privados y también dos marcas tan poderosas como Honda y Yamaha.