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MOTOGP I SETE GIBERNAU

"Rossi necesita generar mucho odio personal contra el piloto que pelea para funcionar"

"En el momento en el que empezamos a pelearnos en la pista, nunca más tuvimos una buena relación ni la volveremos a tener", asegura Sete Gibernau sobre Valentino.

"Rossi necesita generar mucho odio personal contra el piloto que pelea para funcionar"

Max Biaggi en Japón 2001, Sete Gibernau en España 2005, Jorge Lorenzo en Japón 2010, Casey Stoner en España 2011, Marc Márquez en Malasia 2015 y Aleix Espargaró en San Marino 2016. Estas son las seis grandes polémicas que Valentino Rossi ha protagonizado en el Mundial desde que hiciese su debut hace 24 años a lomos de una RS 125 en el equipo Aprilia-AGV.

Precisamente, Gibernau ha sido el último piloto que ha ejercido el papel de locutor junto a Ernest Riveras en el programa 'Comentarista por un día' de 'DAZN'. El de Barcelona, que el año pasado regresó a la competición oficial una década después de colgar el casco y los guantes para disputar la Copa del Mundo de MotoE con el equipo Pons Racing, ha asegurado que Rossi es una persona que necesita generar mucha rivalidad con sus adversarios en pista para ser competitivo.

"Valentino es una persona que necesita generar mucho odio personal con el piloto con el que se pelea para que funcione. Es su manera de ver las cosas. Hasta esos años en los que yo no era su rival, llegamos a ser buenos amigos, teníamos muy buena relación. Y en el momento en el que empezamos a pelearnos en la pista se rompió totalmente y nunca más tuvimos una buena relación ni la volveremos a tener. Rossi prefiere forzar así las cosas porque es su manera de entender la vida. De cara la cámara y al público tiene un comportamiento que le sale muy natural y genera mucha empatía con la gente, se le ve un tío super simpático, pero necesita generar mucha rivalidad con sus adversarios en pista. Hay que entenderlo, él está ahí para ganar el campeonato del mundo, no para hacer amigos obviamente. Es su manera de entender las carreras, es respetable. No coincido con él en muchas cosas, pero obviamente admiro a un grandísimo piloto", ha declarado Sete.

Así mismo, el español ha rememorado su victoria en el Gran Premio de Alemania 2003, la cuarta que consiguió aquella temporada tras Sudáfrica, Francia y Países Bajos. Un triunfo que logró gracias a una argucia que ideó junto a su mecánico, Juan Martínez, para engañar a Honda y poder llevar unos escapes especiales que los ingenieros de la fábrica del ala dorada habían llevado a Sachsenring: "Llegamos a este gran premio con tres victorias para Valentino, y tres para nuestro equipo. Honda trajo unos escapes especiales para Valentino, para ver si podía marcar un poco la diferencia a pesar de que llevaba la moto oficial. No era la moto 'full' de fábrica, por cuestiones de contrato Repsol y Honda tenían un contrato por el que eran 100% de fábrica, y ningún otro equipo podía disponer del mismo material. Para ganar necesitas una grandísima moto. La nuestra lo era, pero no era la oficial. Honda trajo unos escapes especiales, se quitaba el silenciador y hacían muchísimo ruido, y se los dieron a Rossi para probarlos. Los puso y en seguida los quitó, y alguien de Honda dijo 'Que se los den a Sete a ver si los quiere'. En los Libres 2 pusimos los escapes, y realmente hacían mucho ruido, pero en un circuito así me di cuenta de que en el primer toque de gas realmente era un poco agresivo pero generaba mucha tracción, en esa época no había controles de tracción, la potencia era descomunal, y el escape hacía que la potencia que se trasladaba en el momento en el que dabas gas a la rueda, traccionaba mejor. Había que conducir diferente, pero cuando levantabas la moto traccionaba más. Le dije a Juan: 'Oye, estos escapes me parece que tienen algo', y me dijo '¿Ah sí?'. Nos pusimos a hablar y Juan dijo que si funcionaban los montábamos en carrera. Quitamos los escapes y HRC nos preguntó, y les dijimos que no nos gustaban pero que los dejaran por si acaso los probábamos otra vez... Y los pusimos en carrera. En Honda no entendían nada. Al final los montamos, y al acabar la carrera, en unos entrenos de Brno, Valentino los probó otra vez, y ya los usó el resto del año".

Por último, Sete Gibernau ha recordado con gran nostalgia la pole position y primera posición que consiguió hace 17 años en el Phakisa Freeway, ya que apenas una semana antes había fallecido Daijirō Katō: "La muerte de Daijiro puso en jaque todo el proyecto. Si te digo la verdad estuvimos a punto de no correr ese año, no encontrábamos la fuerza para seguir. Me acuerdo que cuando falleció Daijiro y teníamos que irnos a Sudáfrica, que era la siguiente carrera, Fausto Gresini me llamó y me dijo 'Ostras Sete, ¿qué hacemos? ¿Seguimos o no seguimos?', me pasó a mí la bola. Yo estaba muy triste porque habíamos hecho toda la pretemporada juntos con Daijiro, compartimos muchas cosas, había empatizado mucho. Justo antes de la carrera de Suzuka nos estábamos cambiando juntos Daijiro y yo, había tenido su segundo hijo y no sabía cómo llamarle, me preguntó cómo le tenía que llamar. Hablamos de nombres. Fue super complicado para todos. Te hace preguntarte muchas cosas, y con esta etapa de la COVID-19... ¿Cuáles son las prioridades de la vida? Nos puso otra vez en jaque en cuánto a saber qué hacíamos. Al final, fuimos a Sudáfrica y conseguimos una pole acabada en 174, con el número 74, fue increíble. Nada más llegar vi los tiempos, hicimos 1:33.174, nos pusimos todos a llorar, fue muy emocionante. Acabamos ganando aquella carrera".