El Hamilton más ingobernable entra en la nueva normalidad
El campeón británico, activista contra el racismo y crítico ante la crisis del coronavirus, vuelve a subirse al Mercedes en Silverstone para preparar la temporada.
De Nueva York a Londres y volver a empezar: Lewis Hamilton volvió a subirse este miércoles a su querido Mercedes en el circuito de Silverstone. Mascarillas en el garaje y un segundo día de test para habituarse a los nuevos procedimientos que ponen en marcha las escuderías para garantizar la seguridad de su personal una vez regrese la competición, a partir del GP de Austria del 5 de julio.
El seis veces campeón británico no aparecía públicamente desde el jueves 12 de marzo, cuando abroncó públicamente a la Fórmula 1 por poner en marcha un gran premio, el de Australia, mientras los casos positivos de coronavirus crecían de forma exponencial en Europa. Aquella declaración prendió la mecha y terminó con la carrera cancelada.
Pero no se puede decir que sus últimas semanas hayan sido discretas: es uno de los deportistas más activos contra el racismo y uno de los que ha instaurado con más contundencia el lema ‘Black lives matter’. Fue crítico, de nuevo, con su deporte hasta el punto de forzar una reacción de organizador, escuderías y pilotos para respaldar las manifestaciones de Estados Unidos tras la muerte de George Lloyd. Y recientemente ha subido el tono de sus mensajes, aplaudiendo el derribo en Bristol de la estatua del comerciante y político inglés Edward Colston, quien traficó con esclavos en el siglo XVII.
Igualmente, en sus perfiles de redes sociales se ha mostrado “horrorizado por la gestión del Gobierno británico” durante la pandemia: "Podrían haber salvado miles de vidas, necesitamos mejores líderes". Tiene 16,5 millones de seguidores en Instagram, donde se define a sí mismo como "vegano, amante de los animales y en busca constante de propósitos, aventura, mente abierta y positivismo; reparte amor y Dios por encima de todo". Ninguna referencia al automovilismo en la autodescripción de un piloto que es muchas cosas más.
"Cuando sales del garaje por primera vez, tienes ese cosquilleo. Es un coche antiguo, pero aun así va fantástico. Mi día comenzó con lluvia, pero crecí en este tipo de climatología así que estoy acostumbrado. Pude sacar buenas sensaciones del coche. No me sentí como si llevase mucho tiempo fuera. Siempre que te tomas un descanso tan grande te preguntas si podrás seguir pilotando, así que es positivo saber que puedo. Estoy listo, me siento bien", afirmó Hamilton en un vídeo en redes sociales tras finalizar el test.
Una renovación en marcha
Ahora Hamilton afronta un periodo de negociaciones para renovar con la escudería alemana, ya que termina contrato en diciembre. Mejor dicho; Mercedes y Toto Wolff se enfrentan al reto de mantener vivo el interés por la competición del campeón, de 35 años, con un nuevo vínculo de otro par de temporadas en el que su sueldo se revisará, presumiblemente a la baja, por la crisis de la pandemia. Lewis tiene muchos intereses fuera de los circuitos relacionados con la moda, la música, los derechos sociales, las energías renovables y la sostenibilidad del planeta. Acepta su posición como figura que trasciende al deporte y se comporta como tal, aunque ahora le toca regresar a la humilde tarea de guiar al Mercedes W11 por circuitos de todo el mundo para aspirar a ganar una séptima corona e igualar al mito, Michael Schumacher.