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MOTOGP | AGOSTINI

"Tardé un día en entender la tragedia de Monza 73 con las muertes de Pasolini y Saarinen”

Hoy, 20 de mayo, se cumplen 47 años de la tragedia y el 15 veces campeón del mundo recuerda en AS cómo fue aquél episodio negro para el motociclismo.

Giacomo Agostini recuerda la tragedia de Monza 73.

Hoy, 20 de mayo, se cumplen 47 años de la tragedia de Monza 73. Tuvo lugar al poco de darse la salida en la carrera de 250cc del GP de las Naciones, en el curvone tras la recta de meta, donde se fueron al suelo catorce pilotos con el fatal resultado de las muertes de Renzo Pasolini y Jarno Saarinen, que fueron los primeros en caer. Giacomo Agostini no estaba presente en esa carrera, porque él acababa de ganar la prueba de 350cc y estaba celebrando su victoria en la casita que tenía el conde Agusta en el propio circuito y que abría para que sus campeones se relajaran. El ya entonces 12 veces campeón del mundo celebraba con moderación, porque aún le quedaba por delante la prueba de 500cc, y enseguida se dio cuenta de que algo grave había pasado en la pista por la ausencia de ruido...

En aquella época, las carreras se iniciaban con motor parado y con el piloto empujando la moto. Braun salió el primero y tras él lo hicieron Pasolini, Saarinen, Kanaya y Lega. Al primero de esos cuatro se le gripó su Harley-Davidson y el finlandés volador, que iba a su rueda, no pudo evitar el impacto con él, rodando a fondo, a algo más de 200 por hora. Ambos cayeron con violencia, golpearon contra las protecciones y sus motos rebotaron de un lado a otro de la pista, lo que hizo que se cayeran muchos de los pilotos que venían detrás. La imagen fue aún más dantesca cuando se incendiaron varias motos por la gasolina derramada, lo que provocó que también se incendiaran algunas balas de paja colocadas delante del guardarraíl exterior. Pasolini y Saarinen murieron en el acto. Villa, Jansson, Mortimer, Kanaya y Giansanti sufrieron heridas importantes. El español Víctor Palomo también se vio implicado, sufriendo una lesión en un pie y volviendo al box de paquete en la moto de Mick Grant.

El testimonio de Agostini 47 años después pone la piel de gallina: "Lo recuerdo como un día muy, muy, muy triste, por un accidente en que se veían las motos y los cuerpos por la tierra, porque se cayeron muchos. Afortunadamente no murieron todos, pero lo hicieron dos y varios se hicieron daño. Pasolini y Saarinen estaban muertos en la tierra y las fotos que se sacaron nos impresionaron una barbaridad".

El 15 veces campeón del mundo (8 de 500cc y 7 de 350cc) continúa recordando para AS este episodio negro: "Fui consciente de la tragedia un día después, porque en el momento estábamos todos en shock. Veía pasar a las ambulancias y a la gente diciendo que habían muerto Pasolini y Saarinen. Yo decía que era imposible que se hubieran muerto dos campeones como ellos al mismo tiempo. Fue muy duro y tardé un día en entender la tragedia de Monza 73 con las muertes de Pasolini y Saarinen. Viendo los periódicos y la televisión al día siguiente fue cuando me di cuenta de verdad de lo que había pasado".

Ago no tuvo que volver a salir aquel día a pista, porque se cancelaron las dos carreras que quedaban, la fatídica de dos y medio y la del medio litro en la que él debía salir. Pasadas casi cinco décadas, no olvida cómo vivió él esa tragedia: "Yo estaba en una casita que el conde Agusta tenía allí para que nos relajáramos, donde se comía y bebía bien. Había ganado la carrera de 350cc y brindaban por ello, pero yo sólo bebía un poco de agua porque luego tenía la de 500cc. Estaba en un momento de relax cuando sentí que la carrera de 250cc empezaba, porque tras el silencio de la salida, donde empujaban las motos, venía el rugido de todas las motos. Sin embargo, al minuto ya no sentía nada. La gente allí hablaba y reía porque estaban contentos, festejando mi victoria de 350cc, pero yo me di cuenta enseguida de que algo estaba pasando, porque no había ruido. No se oían a las 30 ó 35 motos que se tenían que oír y a los 30 segundos comenzó el ruido de las ambulancias. Ahí ya supimos que había pasado lo que había pasado".

Pocos mejor que Agostini para contar quiénes eran y lo que suponían las figuras de Saarinen y Pasolini en el motociclismo de la época. El 'finlandés volador' ya había ganado el título del cuarto de litro en 1972 y en 1973 estaba liderando las categorías de 500cc y 250cc. Estaba llamado a destronar al mito italiano como el referente de las motos y le reconoce toda su valía: "Saarinen era muy rápido y tenía un coraje increíble. Siempre iba al 110% en carrera, ya fuera en pruebas del Mundial o en otras menos importantes. Recuerdo una vez en Inglaterra, en una prueba internacional que no era del campeonato del mundo, verle salirse de la curva y sacar el pie por la tierra para volver al asfalto. Yo le pregunté que por qué tomaba un riesgo así de grande en una carrera que no era tan importante, y la razón era que su coraje le llevaba a tomar siempre riesgos".

Sobre la relación entre ambos, el piloto con más títulos de la historia asegura que "era normal", y añade: "Nos estimábamos y no tuve con él ningún tipo de discusión. Era una relación muy deportiva y creo que era un piloto que iba a ganar más mundiales, seguro. Además, tenía la ventaja de que él era muy técnico y él mismo se preparaba su moto, que era muy rápida". Y tanto que sabía preparar la Yamaha, como que era ingeniero, así que además de probador de la fábrica de los diapasones era el piloto más rápido en pista y un gran técnico.

Respecto a Pasolini, al campeonísimo se le nota aún más emocionado al recordarle, por todo lo que supuso para él: "Pasolini fue mi primer rival y fue muy importante para él. Muchas veces corrí en la zona de la Romagna, donde él habitaba, y siempre había mucho público que quería que ganara él. El público estaba loco por Pasolini, porque yo era lombardo y corría en su casa. Muchos querían ver la batalla entre el de la Romagna y el de la Lombardia. Yo corría mucho allí y eso era hacerlo fuera de casa, como en un partido de fútbol. Él tenía muchos fans que después de dos o tres años también comprendieron que Agostini era rápido y bueno, convirtiéndose en fans míos también. Pasolini me ayudó mucho a hacerme grande, porque esa rivalidad creó mucho entusiasmo".

La tragedia de Monza 73 no fue la primera ni la última que se vivió en el Mundial de motos, pero sí una de las más recordadas.