Carlos Sainz en AS: "Me siento absolutamente reconocido"
El madrileño celebra su tercer Dakar, el tercero con un coche diferente, el Mini, y el que peleó hasta el último día: "Cuando había que correr lo hicimos más que los demás".
El de 2020 no ha sido un Dakar cualquiera. Para empezar, porque dio comienzo a un nuevo capítulo de su historia con el cambio de escenario a Arabia Saudí, el tercero tras África y Sudamérica. Para seguir, porque desgraciadamente la tragedia le golpeó en dos ocasiones con los fallecimientos de Gonçalves y Straver. Y para acabar, porque el cartel de The End llegó con el mejor final posible, el de ver a una de las leyendas de nuestro automovilismo repetir gesta. Este Dakar será recordado por muchas cosas, pero sobre todo por ser el tercero que ganó Carlos Sainz a sus 57 años.
2010, 2018 y 2020. Un triplete que da aún más lustre a un palmarés que la historia no olvidará, y así se reconoce. "Me siento absolutamente reconocido, de verdad. Estoy muy agradecido por el cariño de la gente", dice con plenitud el campeón en su visita a AS. Desde el momento en el que certificó su triunfo, Carlos no ha parado de recibir homenajes y gestos de cariño. Tantos, que ya se da por satisfecho, y eso que su nombre ronda otra vez como merecedor del Princesa de Asturias, algo inevitable y que le "haría ilusión", pero que no le inquieta: "Entiendo que no debe ser fácil al ser un jurado español y un premio internacional".
Veremos qué deciden, pero sea como sea, él ya tiene el premio que quería, el tercer 'Touareg' de su colección, ese para el que se posicionó mejor que nadie desde el tercer día de competición, cuando cogió un liderato que ya no soltaría, aunque "el día que se pusieron a 24 segundos" la cosa se complicó. A falta de tres. "Luego, al día siguiente, nos pusimos 17 minutos por delante. Hemos ido rápido y bien, estoy contento porque cuando había que correr lo hicimos más que los demás", recuerda con satisfacción tras conseguir mantener a raya a sus rivales, y eso que no eran unos cualquiera…
Y es que Sainz tiene un gran respeto hacia Al Attiyah y Peterhansel, los dos lobos que intentaron quitarle su presa hasta el último suspiro: "Entre nosotros hay mucho respeto porque los tres sabemos lo que cuesta ir al ritmo que hemos ido desde el primer día y cómo nos la hemos jugado. Si tuviese que hacer un equipo mañana para correr el Dakar, sin duda, me gastaría lo que hiciese falta para coger a Nasser y Stéphane".
Los tres forman la élite del desierto y para destacar entre ellos Carlos contó con la ayuda de dos elementos imprescindibles. Primero, su inseparable copiloto Lucas Cruz, en el que confía tanto que le deja toda la responsabilidad del asiento derecho. "A mí del 'roadbook' no me hables, ni lo miro", dice entre risas. Y segundo, su Mini: "Ha funcionado bien. Se parece un poco al Peugeot, es la misma filosofía. Una de las cosas que más ilusión me hace es ganar con tres coches diferentes".
Esa es otra gran parte de su enorme mérito, que no solo corre con coches ganadores, los hace. Por eso le escuece que desde Toyota hablen de ventajas reglamentarias. Ya lo dejó claro durante el rally y lo vuelve a hacer ahora: "No lo entiendo… Son las mismas reglas que el año pasado y lo que hemos hecho nosotros es trabajar y mejorar lo que había que mejorar. Cuando llegas a falta de tres días, estás en 24 segundos y ves los parciales de las etapas… Teníamos la misma velocidad punta, de hecho, hubo una etapa en la que hicimos 50 km a fondo pegados al Toyota de Ten Brinke y ninguno de los dos cedía un metro".
Examen a Arabia, a Alonso... y a su futuro
Aclarado el tema, toca hacer balance del estreno de Arabia que no ha convencido del todo a muchos, ¿y a él? A medias… "Globalmente, ha cubierto las expectativas, con lo que no han acertado mucho es con la segunda semana. Fueron como dos rallys. La primera fue fantástica, con un 'roadbook' muy preciso y un terreno variado, y en la segunda íbamos rapidísimo en zonas peligrosas de dunas cortadas que a veces no se veían", analiza. Y lo que sí vio un acierto fue entregar el roadbook por la mañana en seis etapas: "Nos vino genial y volvimos a ver situaciones en las que la gente se pierde. Nos perdimos, pero menos que los demás".
De ahí, su victoria en una de las ediciones más mediáticas en parte gracias a Alonso, al que siguió con atención, como demuestra que se sabe al dedillo todo el recorrido previo que hizo. ¿Cómo le vio? "No tenía experiencia en pilotar en tierra ni en ir con copiloto, por eso creo que lo ha hecho muy bien. Se lo preparó bien, se lo tomó muy en serio y con el talento que tiene lo normal es que lo haga como lo ha hecho. Hay que aplaudirle por su valentía. A poco que le encaje en sus planes creo que volverá".
Ve posible la vuelta de su amigo asturiano, ¿y la suya? "Ni idea… Siempre digo que hago el Dakar y luego ya veré. Hay que ver si hay un proyecto que merezca la pena", asegura. En Mini ya sabe que lo tiene, y la forma también: "Este año me he encontrado muy bien, me dolían menos cosas al acabar la etapa cada día porque me he preparado mejor". No le "hacía ilusión dejar el Dakar con el mal sabor de boca del año pasado", algo que ha compensado a lo grande al ganar con autoridad y que cree que puede seguir haciendo: "¿Ganar otro? Si me lo preguntas hoy, creo que sí". Esa es toda la motivación que le hace falta.