El nuevo Mercedes asusta

Un monoplaza, que todavía no ha superado con éxito las pruebas de impacto que demanda la FIA para poder participar en una edición del campeonato, que se encuentra ya en su fase final de desarrollo en el túnel del viento de Brackley. Un progreso, que según informa 'Motorsport', habría superado los valores que James Allison demandó lograr para 2020 a los técnicos encargados de la evolución del chasis y la unidad de potencia en el condado de Northamptonshire.

El W11 mantendrá las medidas básicas del W10, si bien el nuevo coche de Hamilton y Bottas presentará un menor drag (resistencia al avance) que su predecesor manteniendo sus altos guarismos de carga aerodinámica, avance que habrían conseguido los ingenieros alemanes desviando el flujo de aire a los conos antintrusión superiores tras situarlos en una posición más baja en los laterales de la carrocería, una nueva ubicación que a su vez habría permitido perfeccionar el sistema de enfriamiento del propulsor.

Precisamente, el departamento comandado a Andy Cowell habría informado a Toto Wolff que este nuevo procedimiento, ideado en estrecha colaboración con un ingeniero alemán especializado en nuevos materiales y química recientemente fichado como consultor, permitiría ofrecer al motor una competitividad renovada al eliminar los problemas de fiabilidad que padeció la máquina el año pasado en los monoplazas de Williams y Racing Point y permitir su actividad en parámetros más agresivos, características que les hacen pensar que pueden recuperar la supremacía en este apartado que en 2019 Ferrari consiguió arrebatarles.