FÓRMULA E | JAGUAR I-PACE TROPHY
"Cada vez que veía la bandera, decía: ¡Dios mío, estoy en casa!"
Reema Juffali cuenta a AS sus sensaciones tras hacer historia al convertirse en la primera mujer saudí en una carrera internacional en su país.
Puede que empezase la carrera última y terminase igual, pero a veces hay que saber ver más allá de un simple resultado. Y lo logrado por la saudí Reema Juffali no deja de ser histórico. Ya puede decir bien alto que es la primera mujer que ha disputado una carrera internacional en su país, en su hogar. "Ha sido un momento muy especial y espero que la gente lo haya disfrutado, todavía no me lo creo. Cada vez que veía la bandera, decía: ¡Dios mío, estoy en casa!", confesaba a AS nada más bajarse de su Jaguar del I-Pace Trophy, el certamen soporte de la Fórmula E, aun con una sonrisa.
Estaba "más emocionada que nerviosa" antes de afrontar la cita en la que participaba como invitada: "Hago esto para divertirme, no tengo la presión de hacer un campeonato, se trata solo de disfrutar". Y lo hizo. "El ritmo estaba ahí y estaba contenta en el coche. No ha sido el mejor resultado, pero me lo he pasado bien", asegura, aunque lamentó perder las dos posiciones que había ganado en la pista por dos fallos idénticos: "Desafortunadamente, cometí un par de errores al coger el modo ataque". Esa es la cuenta pendiente para la segunda carrera, en la que espera "estar más arriba".
Resultados aparte, con lo que se queda es con la experiencia: "No soñaba con tener algo así un año después de empezar a competir. Correr aquí, en casa, significa mucho para mí. He crecido aquí, he estado por sus calles, y ser parte de esto, de un gran evento como la Fórmula E, es increíble, estoy muy feliz". Han leído bien, empezó a competir el año pasado, con 26: "La gente empieza corriendo en karting cuando son pequeños, pero yo, al nacer aquí, no tuve acceso a algo así, no era algo ni en lo que pensaba, no crecí soñando en ser piloto".
"Siempre me gustaron los coches, pero hasta que no me fui al extranjero y empecé a ver carreras no empezó a ser mi sueño. Tenía 19 o 20 años y en ese momento estudiaba y tenía otras prioridades. Después de un par de años, quise intentar hacer esto, pero no sabía cómo… Al final pude encontrar la forma, y aquí estoy un año después corriendo en casa. Nunca lo hubiera imaginado…", añade la saudí que ha participado en varias carreras de la Fórmula 4 británica y para la que todo está pasando a la velocidad de la luz.
Pero es por una buena causa, para inspirar a los demás, como hacen las pioneras: "Esto es algo muy especial para mí, ser una persona que, esperemos, anime a otras a perseguir sus caminos, ya sea en las carreras o en algo que pensaban que no podían hacer. Lo que más me gustaría es que la gente se lo tomase como que no hay límites, que no deberías limitarte tú mismo". Y ella predica con el ejemplo, no se pone límites: "No sé dónde me llevará esto, pero la idea es competir al máximo nivel en el automovilismo". De momento, con lo que ha hecho, no hay quien le quite la sonrisa.