Leclerc estrena el motor de la discordia para silenciar críticas
Ferrari recupera la última especificación en el monoplaza del monegasco tras la rotura de Austin. Mercedes y Red Bull, pendientes de su rendimiento.
Charles Leclerc estrena motor este fin de semana en Interlagos y eso conlleva una penalización de diez puestos en la parrilla del domingo. El cambio de unidad de potencia se debe a la avería de Austin y montará un propulsor idéntico al que se rompió en el trazado norteamericano. "Por la llamada telefónica que tuve, será un motor como el de Austin y al menos no se ha discutido conmigo esa posibilidad", subrayó el monegasco sobre los rumores que hablaban de una evolución con piezas de 2020 en su unidad de potencia. Y tras él asentía Mattia Binotto, director de la escudería.
La rumorología acompaña al motor de Ferrari en los últimos meses y no ayuda la directiva de la FIA impulsada por una reclamación de Red Bull en referencia al consumo de aceite y la forma de medirlo, donde sospechan que podría haber irregularidades en Maranello. Al respecto, Leclerc es contundente: "No hemos hecho nada mal y creo que las cosas volverán a la normalidad aquí. En Austin se vio que volver a una especificación antigua no fue lo ideal, y por eso lo hemos cambiado aquí. No hay extramotivaciones para demostrar que (Red Bull y Mercedes) están equivocados".
Para Interlagos se compromete su resultado en clasificación, pero esperan una ventaja mecánica en carrera que se consolide en Abu Dhabi: "Será un plus en clasificación y en carrera, hay mucho que ganar porque ya vimos en Austin que influye directamente en los resultados. El tercer puesto de la general es un objetivo y para Abu Dhabi me da una oportunidad".