Álex Márquez ya es bicampeón
Acabó segundo en Malasia, por detrás de Binder y delante de Luthi. Su hermano Marc le esperó a pie de pista para celebrar eufórico con él.
Fueron 18 vueltas de tensión, de mucha tensión, las que llevaron a Álex Márquez al ansiado título de Moto2. Lo hizo acabando segundo en la carrera de Sepang, la que ganó Binder y en la que Luthi fue tercero, precisamente sus principales rivales en esa angustiosa pelea hacia la gloria. Este encantador chaval de 23 años ha vuelto a demostrar, una vez más, que es mucho más que el hermano de Marc Márquez. Y es que el del Estrella Galicia Marc VDS ya es todo un bicampeón del mundo, porque este título se suma al logrado en Moto3, en 2014. De este modo, por segunda vez, los Márquez vuelven a hacer historia al convertirse en la única pareja de hermanos capaz de ganar sus respectivos mundiales en la misma temporada. Y el próximo curso volverán a intentarlo, porque el pequeño se quedará un año más en la categoría intermedia, por vez primera defendiendo título, y el primero hará lo propio, como casi siempre, en MotoGP.
El pupilo de Alzamora tenía hasta '12+1' combinaciones posibles para ser campeón ya aquí sin necesidad de esperar a Valencia. Por momentos pareció que optaría por la vía más rápida, la de la victoria, pero Binder estaba dispuesto a morir con las botas puestas. Llegó a jugar con él en algún instante, cuando después de pasarle y emprender una primera escapada, no sin antes pasar a Álex en la curva 1 con toque incluido, ralentizó algo su ritmo para que se reagrupara la cabeza. Llegaron a estar muy juntos Binder, Márquez, Nagashima y Luthi, pero un susto del nipón dejó ligeramente cortados a los dos últimos.
A partir de ahí la historia pasaba porque Luthi no llegara a dar caza a Álex. Si le hubiera pasado, un tercero suyo final con la victoria del surafricano hubiera dejado el remate del título para Valencia. En ese caso le hubiera bastado con dos puntitos en el Ricardo Tormo, por ponerse ambos adversarios a 24 puntos, pero hubiera habido que hacerlos bajo presión, algo que quería quitarse de encima, porque es mucho tiempo el que llevaba soñando con este momento, exactamente cinco años, tantos como lleva en Moto2. Él es más diésel que explosivo y la paciencia, el esfuerzo y el trabajo le han llevado de nuevo a la gloria. Que vayan ampliando el museo de los Márquez en Cervera, que viaja para Lleida otro título mundial.