El nuevo Fenati remata la pole con una inapelable victoria
El italiano, que estuvo el año pasado en el centro de la polémica, regresa a la senda de la victoria casi dos años después. Canet cede el liderato a Dalla Porta.
Ya es historia el viejo Fenati, el que tocó el freno de Manzi el año pasado en Misano, a 217 por hora, harto de las pirulas que le estaba haciendo su rival. Aquel al que sancionaron con dos carreras; al que su equipo le echó del Mundial de Moto2; al que MV Augusta le cerró sus puertas pese a tenerle fichado; al que la federación italiana le retiró la licencia; el mismo que dijo hastiado que se retiraba para dedicarse a la ferretería de la familia; y al que convenció el VNE Snipers para reengancharse en el Mundial, pero en la categoría de Moto3. Todo eso ha quedado atrás para el nuevo Fenati con un fin de semana perfecto en Austria, donde el sábado firmó la pole y el domingo una victoria inapelable.
Y es que el italiano, errores al margen, es un piloto de categoría. En el Red Bull Ring se ha reencontrado con la senda de la victoria, un camino que en absoluto le es ajeno. La de esta vez es la undécima para él, tantas como Mir para situarse al frente del apartado de pilotos con más victorias en la categoría. El de Ascoli Piceno había ganado por última vez en Japón 2017, hace casi dos años, y ahora se ha quitado una enorme losa de encima que seguro le permitirá pelear por más victorias y quién sabe si incluso ganarse el derecho de volver a pelear en Moto2. Por cierto, una categoría en la que Manzi ha permanecido con más pena que gloria después del sonado incidente con Fenati, del que salió de rositas por la macarrada de Romano de tocarle el freno, pero en el que quedó bastante retratado como un piloto poco limpio.
Volviendo a la carrera pura y dura de Austria, Fenati la rompió en la décima vuelta, la dejar plantados a sus compañeros de viaje, Arbolino y McPhee, a los que aventajó en la meta, por ese orden, por 1.097, debido a que reguló en los últimos compases de la prueba, porque llegó a tener casi cinco segundos. Y es que la carrera se declaró en mojado, pero todos salieron con slicks de seco, porque había carril, y en esas se notó la experiencia del ganador, que lleva la friolera de 24 podios en la categoría (tantos como Bastianini y sin nadie más por delante) y que ha sido capaz de ganar en seis temporadas diferentes.
A los otros dos integrantes del podio les llegaron a dar caza Vietti y Masiá, pero el italiano lo perdió en la misma línea de meta y a dos vueltas del final, con una caída cuando ya les estaba metiendo rueda. Así, el mejor español fue Ramírez, que acabó quinto justo por delante de su compañero Dalla Porta.
Ramírez y Dalla Porta son compañeros del Leopard Racing y servidor nunca entenderá que no haya órdenes de equipo en casos así. Sólo hay un punto de diferencia entre acabar quinto o sexto, pero por un punto ganó Alzamora su Mundial de 125cc en 1999, por ejemplo. Al italiano del Leopard Racing, en cualquier caso, su sexto le sirvió para arrebatarle el liderato a Canet por un punto, ya que el valenciano sólo pudo ser décimo. Más atrás terminaron Arenas 11, López 16º (salía desde el pit lane) y Alcoba 21º. No terminaron por caída el citado Masiá, que se fue a la clínica por dolores en una mano, García y Fernández.