¿De dónde viene el fallo en la clasificación de Sainz?

Cuenta Andreas Seidl que casi no vio a Carlos Sainz después de la clasificación de Silverstone, con un buen enfado del madrileño al no explicarse que de la Q1 a la Q2 hubieran desaparecido décimas y sensaciones. Otras veces simplemente ha reconocido que no era una sorpresa caer eliminado, que no había más prestaciones que extraer, pero en Gran Bretaña desde los libres, y la propia Q1, las previsiones eran de una cómoda Q3 que no se produjo.

¿Por qué? Habrá que confirmarlo en la fábrica, pero las primeras investigaciones apuntan a los reglajes del MCL34 en el momento de la segunda tanda. Para la primera sesión, los estrategias de Woking habían optado por hacer dos vueltas rápidas con el mismo juego de neumáticos, desde la primera hubo buenos resultados. Para la Q2, casi a última hora se optó por hacer sólo un intento con las gomas a estrenar, saliendo Carlos a pista con el tiempo justo para completar esa vuelta. El problema es que en esa vorágine de tensión, no se efectuaron los ajustes necesarios en el alerón delantero, no se cambiaron los reglajes a la configuración de una sola vuelta al máximo (cambia la gestión de los Pirelli, por lo que las alturas, por ejemplo, deben ser ligeramente diferentes).

En la pista, Carlos no se encontró cómodo en ningún momento con su intento, no mejoró la vuelta previa y quedó retrasado hasta la 13ª posición de la parrilla, impensable teniendo en cuenta el ritmo que McLaren luce desde Barcelona. Norris entró cómodo en la Q3. Hasta ahora tiene ventaja con respecto a Carlos en clasificación, como también es cierto que el madrileño no ha tenido mucha suerte los sábado: en Australia se encontró con Kubica pinchado o en Bakú, por ejemplo, apareció una bandera amarilla por Grosjean. Lo importante para él, en este caso, es que los domingos ha sabido compensar esos problemas. Y que, regresando a Silverstone, parece que la causa de su pérdida de rendimiento está identificada.