"Los insultos o alabanzas forman parte de la pasión por Ferrari"
Ross Brawn recuerda el deseo por la 'Scuderia' en la presentación de la exposición 'Ferrari in Art' y habla sobre las sensaciones que vivió junto al equipo.
Estar en lo más alto puede convertirse en un arma de doble filo. Las alegrías pueden traducirse en un alto grado de exigencia con el que Ferrari convive desde que comenzó su leyenda dentro de la Fórmula 1. Uno de los que formó parte de ese éxito entre 1997 y 2006, Ross Brawn, vivió en primera persona estas sensaciones durante su etapa dentro de Maranello. El palmarés que acumula a su espalda la Scuderia, con 16 títulos de constructores y 15 de pilotos que esconden detrás un total de 235 victorias, conllevan la obligación de pelear cada año en lo más alto y cuando se logra, "no existe una sensación mejor que esa".
Cualquier victoria en Maranello siempre tiene una gran acogida, pero el triunfo en Monza tiene un sabor especial. La "emoción y la pasión" de los tifosi "es algo imposible de describir" y durante la presentación de la exposición 'Ferrari in Art', el que fuese director técnico de la escudería, rememoró las sensaciones que despertaba el formar parte de la familia Ferrari. La etapa de Brawn junto a los italianos coincidió con el periodo de más éxitos para los del Cavallino Rampante. Ganar se convirtió en una obligación y pese a las numerosas alegrías que daban a sus aficionados, las derrotas no eran bien encajadas. Siempre querían más y "los insultos y las alabanzas" pasaron a formar parte "de la pasión" por el equipo. Algo inusual en "ningún otro lugar del mundo".
El fin de una etapa conllevó el inicio de otra, pero la Scuderia continúa manteniendo un lugar muy importante en él: "Haber sido una pequeña parte de todo aquello es muy especial. Cuando me encuentro con los mecánicos que trabajaban allí cuando yo estaba siempre hay abrazos, lágrimas y recuerdos. Todavía es un lugar muy especial para mí". Antes de aterrizar en Mercedes, el británico decidió tomarse "un año libre" ya que sin ese tiempo de descanso, asegura que "lo habría pasado mal si voy directamente de Ferrari a otro lugar". "Había estado allí 10 años, una cifra redonda, y sentí que era lo correcto retirarme en ese momento. Lo que no quería hacer era dejarlo cuando la situación fuera difícil, así que eso fue lo perfecto para mí". A veces una retirada a tiempo es una victoria y Brawn, supo irse cuando todavía podían echarle de menos.