Loeb sigue en su mundo, 'Peter' cede y Sainz vuelve a divertirse
Al Attiyah aumenta su ventaja por los problemas del Mini de Stéphane y Nani Roma cede 13 minutos y la tercera posición virtual.
Parece que Sébastien Loeb corre por inercia. Llegó a Perú mirando hacia otro lado, probablemente al pequeño país de la Costa Azul, no corre para ningún fabricante, su coche tiene dos años y su copiloto está de mal humor. Pero se suben al Peugeot 3008DKR, la bestia más dominante que han conocido estos tramos, y vuelan. Ganaron la sexta, su tercera en esta edición del raid, y lo hicieron abriendo pista, sin huellas de otros coches.
"No es fácil ganar abriendo pista, pero tenemos buenas sensaciones. Empecé con mucho cuidado en las primeras dunas, es donde me quedé el año pasado. No quería que me pasara lo mismo y ahí perdimos más de un minuto pero no está mal teniendo en cuenta que era el primer coche que pasaba. Luego tuve problemas con un ‘waypoint’ en la cresta de una duna, pero después de dar varias vueltas vi que a Nasser le sucedía igual y me alegré", explicó Loeb a As.
"La ventaja de Nasser es grande y él es muy consistente, aunque le gane dos días seguidos él siempre está ahí. Pero hemos visto que varios pilotos han cometido errores", dice sobre su rival. Pero se refiere al nuevo Al Attiyah, que ya no asume riesgos porque quiere conservar el liderato. Castigó con 11 minutos al resto de sus rivales y sólo perdió dos frente al extraterrestre Sébastien, que ya es el segundo clasificado del Dakar gracias al mal día de Peterhansel, quien dejó escapar 18:49 minutos en las dunas con un Mini JCW Buggy por intentar ayudar a Nani Roma, que se había enganchado en la arena.
El catalán perdió 13 minutos, como Despres, y también la tercera posición virtual por culpa del ascenso fulgurante de Loeb que le desplaza fuera del podio. Aunque sigue ahí con su ritmo constante, "sin parar mucho", y ese es su objetivo. Y Carlos Sainz tuvo un día sin graves incidentes que le permitió ser el tercer coche más rápido de la especial, aunque con los constantes problemas del sistema de inflado y desinflado. Desde su accidente el tercer día había pasado por enganchones en las dunas, pinchazos y percances que no terminan de irse, pero esta vez fue el mejor de los Mini.